EEUU.- El jefe del Centcom pide aumentar las fuerzas en Irak y no fijar un calendario de retirada

Actualizado: miércoles, 15 noviembre 2006 22:57

NUEVA YORK, 15 Nov. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -

El general norteamericano John Abizaid, jefe del Comando Central Estadounidense (Centcom), advirtió hoy al Congreso de los riesgos que supone fijar una fecha para las retiradas de las tropas norteamericanas presentes en territorio iraquí ya que impediría, según él, la gestión eficiente de las fuerzas americanas e iraquíes y recomendó por el contrario incrementarlas para evitar en el plazo de cuatro o seis meses una espiral de la violencia sectaria.

Abizaid realizó estas declaraciones ante el Comité de Servicios Armados del Senado que comenzó hoy su sesión de análisis de la política americana en el país árabe después de que la semana pasada fuera este factor el que actuara de elemento decisivo en el cambio de color del Congreso que las urnas pusieron en manos de los demócratas.

El general se dirigió al Comité, presidido por el senador republicano por el estado de Virginia John Warner, para argumentar que una fecha para el inicio de la retirada de las tropas restaría flexibilidad a la hora de gestionar a las fuerzas norteamericanas que permanecieran el país y al mismo tiempo supondría una dificultad añadida para determinar el momento adecuado para la transferencia de responsabilidades a las autoridades iraquíes.

La clara oposición del militar norteamericano supone un obstáculo para la estrategia con la que los demócratas ganaron las elecciones del pasado martes y que les dieron el control del Congreso, ya que durante la campaña gran parte de los candidatos defendían la necesidad de establecer un marco temporal para la retirada de las tropas de Irak.

El propio senador demócrata por el estado de Michigan Carl Levin, miembro de mayor rango del comité y futuro presidente del mismo una vez que los demócratas tomen control el próximo mes de enero, aseguró antes de la comparecencia de Abizaid que la Administración del presidente estadounidense, George W. Bush, debe enviar un mensaje claro a Irak y a las tropas americanas de un inicio de retirada en los próximos seis meses.

Abizaid aseguró al Comité que una retirada precipitada de Irak podría provocar un incremento de la violencia sectaria en el país árabe, siendo la decisión "más prudente (...) mantener el número de tropas en el nivel que se encuentra actualmente" y situar asesores militares estadounidenses en el Ejército y la Policía iraquí.

Para el general, Estados Unidos debería mantener el nivel de tropas en los 141.000 efectivos actuales, aunque tal vez debería incrementarse temporalmente para entrenar y asesorar a las milicias iraquíes, siendo no recomendable reducir el número de efectivos hasta que los iraquíes no dispongan de suficientes fuerzas para tratar con los rebeldes y pueda garantizarse la seguridad en Bagdad.

La posición de Abizaid fue criticada por el senador republicano por Arizona, John McCain, uno de los posibles candidatos a la Presidencia en 2008 y que se ha mostrado claramente partidario de establecer una fecha para la retirada de las tropas de Irak. Para el moderado conservador, la posición del general representa "mantener la situación actual, algo que se opone a la voluntad popular expresada en las urnas, algo inaceptable".

Abizaid, quien aseguró que no defendía mantener la situación actual sino tal vez un incremento de las fuerzas, capaz de controlar la situación actual de violencia que en "cuatro o seis meses" podría estar fuera de control y cuyo único antídoto sería la puesta en marcha de un Gobierno y fuerzas armadas iraquíes independiente que permitiera estabilizar el país.

Por su parte, el asesor del Departamento de Estado para Irak, David Satterfield, señaló que es necesario evitar una situación que fracturé Irak entre kurdos, suníes y chiíes, que provocaría "más sufrimiento y derramamiento de sangre", algo que, aseguró, no coincidiría con las opiniones de la opinión pública norteamericana.

No obstante, advirtió de la necesidad de evitar alcanzar el punto en el que los ciudadanos iraquíes se sintieran más confiados en la capacidad defensiva de las milicias, algo que minaría la credibilidad de Estados Unidos y sus interés en Irak y en toda la región, conduciendo al mismo tiempo a un desastre humanitario.