MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
A pesar de la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar a sus tropas de Siria, el Gobierno norteamericano contempla un plan alternativo para mantener un pequeño contingente en la remota base de Al Tanf, en el sureste de Siria, para contrarrestar la presencia militar de Irán en el país, dada la alianza entre Teherán y el Gobierno sirio, según fuentes de 'Foreign Policy'.
La guarnición, ubicada cerca de la frontera con Jordania, fue establecida para ayudar a las fuerzas locales a combatir a Estado Islámico. Pero la base, que se encuentra a lo largo de una potencial ruta de suministro iraní a través de Irak a Siria, también se ha convertido en un contrafuerte crítico para combatir la influencia de Teherán en la región.
"Al Tanf es un elemento crítico en el esfuerzo por evitar que Irán establezca una línea de comunicaciones desde Irán a través de Siria hasta el sur de Líbano con apoyo de (el partido milicia chií libanés) Hezbolá", según las fuentes militares.
Una presencia estadounidense en Al Tanf ayuda a bloquear las esperanzas de Irán para crear un "puente terrestre" contínuo desde Irán a través de Irak y Siria hasta el Líbano; una posición desde la que podría amenazar a Israel.
Según el plan de actual, los más de 200 soldados estadounidenses que han estado asesorando a combatientes sirios locales fuera de al Tanf serán los últimos en abandonar el país.
La gran mayoría de las tropas estadounidenses se concentran en el noreste de Siria, a cientos de kilómetros de Al Tanf. Sin embargo, además de suponer un punto de ruptura para esa hipotética cadena de suministros iraní, está en una zona de exclusión que permite a las tropas estadounidenses reclamar defensa propia a la hora de atacar a las fuerzas iraníes que se muevan en esa zona: la cobertura legal que EEUU necesita para atacar a Irán.
Sin embargo, y de nuevo en el terreno legal, la permanencia en Al Tanf es un arma de doble filo porque Estados Unidos no está autorizado para luchar contra Estado Islámico con las mismas garantías que Al Qaeda en Afganistán, en virtud de la ley declarada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
