JERUSALEN, 14 Abr. (EP/AP) -
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha prohibido a los ciudadanos norteamericanos asociarse económicamente con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con lo que incrementa la presión financiera contra el Gobierno liderado por el movimiento islámico Hamás.
El Departamento del Tesoro establece que "las transacciones con la ANP están prohibidas, a menos que obtengan una licencia", según se indica en una memoria a la que tuvo acceso Europa Press. Además, el documento precisa que esta decisión ha sido tomada a partir de las "sanciones contra el terrorismo existentes".
Responsables de la ANP condenaron la decisión del Departamento del Tesoro. Estados Unidos y la Unión Europea han decidido suspender la ayuda económica a la Autoridad Nacional después de que el órgano de gobierno de los palestinos fuera ocupado por el movimiento islámico Hamás.
La decisión del Gobierno norteamericano afecta a la mayor parte de los acuerdos económicos de la Autoridad Nacional, pero no se aplicará a los intereses privados, según señala la memoria. "La restricción se limita a las transacciones con el gobierno de la ANP y no se refiere a las transacciones con personas físicas u otras entidades en los territorios palestinas", dijo.
El Gobierno estadounidense ha dado a los ciudadanos norteamericanos un mes para que finalicen sus contratos, según el Departamento del Tesoro, que precisa que sólo permitirá la existencia de acuerdos económicos en seis áreas, entre las que se encuentra la humanitaria y el trabajo con organizaciones internacionales, como Naciones Unidas.
"Con el objetivo de apoyar las necesidades humanitarias del pueblo palestino, el Tesoro permitirá ciertas transacciones limitadas llevadas a cabo por parte de ciudadanos estadounidenses y organizaciones con la ANP", reza el documento.
También indica que las empresas puede continuar trabajando con el el presidente palestino, Mahmud Abbas. No obstante, el nuevo Gobierno de Hamás controla todos los Ministerios de la ANP.
El ministro palestino de Economía, Alaa Araj, afirmó que la decisión del Gobierno estadounidense formaba parte de la "movilización de todos los aliados y personas en la región para boicotear el Gobierno".
Además, explicó que parece que "la Administración estadounidense y sus aliados no tienen anda que hacer excepto poner obstáculos en nuestro camino", y explicó que esta decisión no tendrá un impacto económico significativo, ya que los negocios estadounidenses en Cisjordania y Gaza no son muy significativos.
