MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha renovado este jueves su alerta de viaje a sus ciudadanos que viajen a China debido a la "aplicación arbitraria de las leyes locales", en medio del aumento de las disputas diplomáticas entre ambos países.
El nuevo aviso mantiene el nivel de alerta en '2', al tiempo que señala que "las autoridades chinas han ejercido una amplia autoridad para prohibir a ciudadanos estadounidenses abandonar el país usando 'prohibiciones de viaje', en ocasiones manteniendo a ciudadanos estadounidenses en China durante años".
Así, ha dicho que Pekín utiliza estas prohibiciones "para forzar a ciudadanos estadounidenses a participar en investigaciones gubernamentales, atraer a ciudadanos de vuelta a China desde el extranjero y ayudar a las autoridades a resolver disputas civiles en favor de la parte China".
"En la mayoría de los casos, los ciudadanos estadounidenses sólo son conscientes de la prohibición de viaje cuando intentan salir de China, y no hay forma de saber durante cuánto tiempo estará en vigor", ha señalado. Asimismo, ha resaltado que "ciudadanos estadounidenses bajo prohibiciones de viaje han sido acosados y amenazados".
Por otra parte, ha alertado de que "los ciudadanos estadounidenses pueden ser detenidos sin acceso a los servicios consulares o a información sobre su presunto crimen" y ha apuntado a "medidas de seguridad adicionales (...) en las regiones de Xinjiang y Tíbet".
"China no reconoce la doble nacionalidad. Los ciudadanos sino-estadounidenses y los ciudadanos estadounidenses de ascendencia china pueden ser sometidos a mayor vigilancia y acoso, y China podría evitar a la Embajada estadounidense facilitar servicios consulares", ha zanjado.
Las tensiones entre Washington y Pekín se han incrementado tras el arresto el 1 de diciembre en la ciudad canadiense de Vancouver de la directora financiera de la empresa de telecomunicaciones Huawei, Meng Wanzhou, por violar presuntamente las sanciones impuestas contra Irán.
La directora financiera podría ser extraditada a Estados Unidos por violar las sanciones impuestas por Washington sobre Teherán. Poco después, China detuvo a dos canadienses por supuestamente poner en peligro la seguridad del país.
