NUEVA YORK, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
La ex agente de la CIA, Valerie Plame, declaró hoy ante el Congreso que tanto el Departamento de Estado como la Casa Blanca actuaron "de forma descuidada e imprudente" al revelar su identidad a través de una filtración en represalia por las declaraciones realizadas por su marido, el ex diplomático Joseph Wilson, en las que criticaba a la administración Bush en medio de la polémica sobre la presunta existencia de armas de destrucción masiva en Irak, según declaraciones recogidas por la cadena CNN.
"Es una terrible ironía que hayan sido funcionarios de la administración los que han destruido mi tapadera", testificó Plame ante el Comité de Reforma y Supervisión de la Cámara de Representantes. "Si el Gobierno no puede proteger siquiera mi identidad, los futuros agentes en el extranjero que consideren trabajar con la CIA se lo pensarán dos veces", afirmó la ex espía.
La audiencia de hoy es la primera en la que Plame ha contestado a preguntas directas sobre el caso desde su irrupción en 2003, y que desembocó en la condena del entonces mano derecha del vicepresidente Dick Cheney, I. Lewis 'Scooter' Libby, responsable directo de filtrar la identidad de la ex agente al periodista Robert Novak, que reveló el nombre de la agente en última instancia.
El presidente del comité, Henry Waxman, afirmó al inicio de la audiencia que "no es nuestro trabajo determinar una culpabilidad criminal, sino determinar qué salió mal e insistir en que se atribuyan responsabilidades".
Así, no están llamados a testificar ni el fiscal especial Patrick Fitzgerald, encargado de la investigación criminal, ni ningún representante de la Casa Blanca envuelto en la filtración.
"Ya no podía desarrollar la tarea para la que había sido tan bien entrenada", afirmó Plame. "El Departamento de Estado y la Casa Blanca abusaron de forma descuidada e imprudente. Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago", declaró.
La ex agente señaló que "todo el mundo sabía que trabajaba con la CIA" y que si bien quizás no todos los funcionarios al tanto de su labor conocía su estatus exacto, el hecho de trabajar para la agencia "debería haber sido motivo de alerta máxima" a la hora de controlar información personal.
