Egipto da el primer paso para una ley antiterrorista contra las "alteraciones del orden público"

Actualizado: jueves, 4 diciembre 2014 19:32

EL CAIRO, 26 Nov. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Egipto ha aprobado este miércoles el borrador de la ley antiterrorista que dará carta blanca al Ejecutivo para ilegalizar a los grupos con cargos que varíen desde dañar la unidad nacional hasta alterar el orden público.

Las autoridades han reprimido fuertemente a los islamistas, así como a la oposición liberal y secular desde que el Ejército derrocó al presidente islamista, Mohamed Mursi, el año pasado tras una serie de disturbios masivos contra su Gobierno, desvaneciendo las esperanzas de alcanzar una democracia desde la caída del autócrata Hosni Mubarak en 2011.

El Gobierno ya había ampliado sus poderes relacionados con la seguridad y los ejercía a voluntad, encarcelando a miles de seguidores de Mursi y de la insurrección de 2011, debido al hastío de muchos egipcios con el declive económico tras la caída de Mubarak.

Este borrador englobará toda la campaña de seguridad en el código criminal permitiendo a las autoridades clasificar a los grupos como "terroristas" de acuerdo a la lista de acusaciones, algunas de ellas no violentas.

"Se considera una entidad terrorista a cualquier organización que realice prácticas o busque interrumpir el orden público de alguna manera, o ponga en peligro la integridad, los intereses o la seguridad de la sociedad", se puede leer. El borrador también estipula que cualquier grupo designado como terrorista será disuelto, así como la congelación de los activos pertenecientes al grupo, sus miembros y sus financieros.

Esta propuesta deberá ser aprobada por un órgano asesor judicial antes de ser firmada por el actual presidente, Abdelfatá al Sisi, elegido en mayo de este año.

PERSECUCIÓN A HERMANOS MUSULMANES

Egipto ilegalizó a Hermanos Musulmanes el diciembre pasado y el juzgado ha condenado a muerte a cientos de sus miembros en juicios masivos, una práctica muy criticada internacionalmente.

Hermanos Musulmanes renunciaron formalmente a la violencia hace décadas como una herramienta de cambio político y han negado cualquier vínculo con la creciente violencia surgida tras la salida de Mursi.

Pero el Gobierno de Al Sisi no distingue entre este grupo y los milicianos situados en la provincia del Sinaí donde el Ejército está combatiendo a un grupo insurgente que, recientemente, ha jurado lealtad a los milicianos del Estado Islámico en Irak y Siria.

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