EL CAIRO, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El terrorismo en la península del Sinaí (Egipto) no será erradicado a menos que el Gobierno egipcio impulse reformas de índole política y socioeconómica que están en el meollo de las disputas en la región, según las conclusiones del último informe presentado hoy por el International Crisis Group (ICG), con sede en Bruselas.
En este sentido, 'La Cuestión del Sinaí en Egipto' aborda la última oleada de atentados terroristas perpetrados en la región egipcia, un total de cinco entre octubre de 2004 y abril de 2006 y responsabiliza, en cierto modo, al Ejecutivo egipcio por no acometer las reformas necesarias y limitarse a juzgar a los implicados en atentados, ignorando las causas subyacentes del descontento en la zona.
"La emergencia de un movimiento terrorista antes inexistente es un síntoma de tensiones decisivas y conflictos en el Sinaí así como de su relación problemática respecto al Estado-nación egipcia", incidió el director para el Norte de África del ICG, Hugh Roberts, subrayando la necesidad de "atajar estos factores de forma eficaz, si el movimiento terrorista pretende ser eliminado de forma definitiva".
Por su parte, el Ejecutivo egipcio ha intentado integrar a la población del Sinaí no a partir de un programa que responda a las necesidades de dicha población, incide ICG, sino promoviendo asentamientos de inmigrantes en el valle del Nilo sin alentar la participación de los residentes del Sinaí en la vida política nacional.
"A pesar de que no se puede esperar pronto una solución definitiva a la cuestión del Sinaí, el Gobierno puede y debe alterar su estrategia de desarrollo descriminatorio", subrayó por su parte el director del Programa de ICG para Oriente Próximo y África del Norte, Robert Malley. "Un nuevo plan, asentado correctamente, producto del consenso junto a respresentantes locales con autoridad, puede transformar las actitudes hacia el Estado al abordar los males del Sinaí", concluyó.
