El Ejército afgano lucha por controlar la simbólica provincia de Kunduz

Actualizado: lunes, 6 julio 2015 6:53

KABUL, 27 Ago. (Reuters/EP) -

El Ejército afgano ha entablado una batalla con los milicianos talibán por el control de la provincia de Kunduz, en el norte del país, una región invadida por los insurgentes que intentan hacerse con la capital provincial mientras obligan a los residente a huir de sus hogares.

La batalla por Kunduz se ha convertido en un punto clave para el Gobierno estatal, pues la zona tiene un significado especial al haber sido el último bastión talibán en caer tras la invasión estadounidense.

Los residentes de la ciudad de Kunduz, la capital provincial, han tenido que volverse a acostumbrar al ruido de las balas y las bombas cerca de sus hogares. Mientras las fuerzas gubernamentales hacen todo lo posible para proteger la ciudad, patrullando la zona incluso con aviones del Ejército, gran parte del área alrededor de la capital está bajo control de los talibán.

"La gente está aterrorizada y la mayoría intenta marcharse de la zona hacia lugares seguros fuera de Kunduz", ha asegurado el comandante de la Policía del distrito de Chahar Dará, Abdul Shukor Surkhi.

Fuentes policiales han indicado que, aunque cerca de 1.500 milicianos talibán combaten para hacerse con el control de Kunduz, las fuerzas gubernamentales están consiguiendo repeler los ataques. "Están soñando si creen que van a poder ocupar esto", ha destacado el subdirector de la Policía de Kunduz, Sayed Jahangeer Karamat.

El portavoz de los talibán, Zambulla Mujahid, ha asegurado que los insurgentes controlan cuatro de los siete distritos de la región. "Todas las declaraciones en las que el enemigo dice que está recuperando el control de la región son falsas", ha subrayado Mujahid.

Tanto el portavoz de la Policía como el de los talibán han asegurado que cuentan con el apoyo de los civiles.

LUCHA CONTRA LOS TALIBÁN EN VARIOS FRENTES

Esta lucha por controlar Kunduz se suma a las otras batallas abiertas en las que luchan los milicianos talibán y las fuerzas gubernamentales por hacerse con el poder en el país. En la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, la gran mayoría de la región está bajo control de los insurgentes y la Policía de la región está negociando con los rebeldes para conseguir parar la lucha.

En otros lugares como Kandahar, en el sur, o Baghlan, en el norte, las fuerzas estatales luchan por mantener el control con medidas desesperadas.

Karamat ha culpado de la situación que vive el país a los políticos que aún siguen decidiendo quién será el próximo presidente y ha subrayado que está situación puede desencadenar en una guerra civil como la que devastó el país en los años 90, pues, ante la incertidumbre política, los insurgentes se están creciendo.

"Si no anuncian el resultado final de los comicios en los próximos días, la situación puede empeorar", ha declarado Karamat. "Pero estamos preparados para defender este país", ha añadido.

La mayoría de las tropas occidentales se han marchado de Afganistán después de trece años de misión, dejando, tras de sí, un país gobernado por una débil democracia y que sigue bajo la amenaza talibán.

Mientras el número de amenazas contra las regiones más céntricas, como Kunduz, van en aumento, los insurgentes se han hecho con el control de grandes partes del territorio afgano que están demasiado lejos como para ser controlados, según ha asegurado el 'think-tank' International Crisis Group (ICG).

"A finales de este verano hemos registrado un repunte de los ataques de los insurgentes. Son ataques más largos, ocupando más territorio y contra enclaves más ambiciosos", ha explicado Graeme Smith, un experimentado analista que trabaja con ICG en Kabul.

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