MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Sudán ha recalcado este miércoles que "no permitirá que caiga el Estado" y que "hará frente a todas las formas de conspiración", tras varias semanas de manifestaciones contra el aumento de los precios de los productos básicos y para reclamar la dimisión del presidente, Omar Hasán al Bashir.
En su comunicado, recogido por la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Kamal Abdulmaruf, ha subrayado que actuará "contra los intentos destinados a minar la seguridad nacional de Sudán" y para "abordar los complots de los traidores".
En este sentido, ha dicho que las Fuerzas Armadas no permitirán que el país "se deslice hacia lo desconocido" y ha ensalzado los "grandes sacrificios" del Ejército a favor de la seguridad la estabilidad.
Así, ha dicho que aquellos que están llamando a la población a manifestarse son "las mismas caras que han sido hostiles a Sudán, han distorsionado su imagen ante el mundo (...) y han apoyado a movimientos rebeldes".
Por ello, ha manifestado que el Ejército "no entregará el país a los traidores" ni a los "agentes de sospechosas organizaciones internacionales", al tiempo que ha advertido de que "no dudará en hacerles frente a cualquier coste".
Por su parte, el ministro de Defensa, Auad Mohamed Ahmed ibn Auf, ha destacado que las Fuerzas Armadas "son totalmente conscientes de los complots y escenarios preparados para explotar las actuales condiciones económicas".
El comunicado ha sido publicado poco después de que las autoridades hayan liberado a 186 personas detenidas en el país en el marco de las manifestaciones de las últimas semanas.
El Ministerio de Información ha confirmado que el jefe del Servicio Nacional de Inteligencia y Seguridad, Mohamed Salé, ha ordenado liberar a todos los detenidos, si bien fuentes citadas por el portal local de noticias Sudan Tribune han señalado que la directiva no incluye la excarcelación de líderes opositores.
El Gobierno de Sudán no ha detallado cuántas personas han sido detenidas en las protestas, si bien a principios de enero las cifró en al menos 800. Varios grupos pro Derechos Humanos han señalado que la cifra asciende a más de un millar.
Las movilizaciones comenzaron el 19 de diciembre en respuesta a la crisis económica, pero pronto la petición de dimisión de Al Bashir --que lleva 30 años en el poder-- se convirtió en la principal reivindicación, ya que le consideran responsable de los problemas del país.
Hasta el momento, las autoridades han contabilizado 26 muertos en el marco de las manifestaciones, incluidos dos policías. Grupos de Derechos Humanos estiman en al menos 40 los fallecidos durante estas protestas, las más importantes desde que Al Bashir llegó al poder en un golpe de Estado en 1989.
Al Bashir ha responsabilizado de las protestas a "agentes" extranjeros y ha retado a sus rivales a tratar de llegar al poder a través de las urnas. Asimismo, ha advertido de que no permitirá ninguna 'Primavera Árabe', en alusión a la ola de protestas que sacudió Oriente Próximo y el norte de África en 2011.
Sobre Al Bashir pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio y crímenes contra la Humanidad por los presuntos abusos cometidos en la provincia de Darfur. Hasta ahora se ha librado del procesamiento al evitar su detención viajando sólo a países aliados.
