BEIRUT, 14 Jul. (Reuters/EP) -
El Estado Islámico ha expulsado a las milicias rebeldes rivales de la ciudad de Deir al Zor, en el este de Siria, este lunes, reforzando su control en esta provincia productora de petróleo, según han informado activistas.
Este grupo suní ha avanzado frente a sus rivales en la provincia de Deir al Zor con la ayuda del armamento tomado durante la ofensiva relámpago contra las fuerzas de seguridad iraquíes al otro lado de la frontera el mes pasado y que les permitió, entre otros, tomar la ciudad de Mosul.
Los combates se han centrado principalmente en el control de los yacimientos y las localidades a lo largo del río Eúfrates y han dejado cientos de milicianos muertos desde principios de año.
Este lunes, el Estado Islámico ha expulsado a decenas de rebeldes rivales de la ciudad de Deir al Zor, incluida la filial de Al Qaeda en Siria, el Frente al Nusra, así como Ahrar al Sham, un grupo islamista radical, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
"El Estado Islámico tiene ahora el control de toda la provincia de Deir al Zor salvo unas pocas zonas y el aeropuerto militar, que el Gobierno controla", ha explicado el director del Observatorio, Rami Abdurrahman.
Los combatientes de los grupos islamistas rivales o bien han huido o bien han prestado lealtad al Estado Islámico, ha precisado, añadiendo que las fuerzas gubernamentales leales al presidente Bashar al Assad todavía controla alrededor de media ciudad de Deir al Zor.
El Estado Islámico también ha matado a un líder local del Frente al Nusra, según Abdurrahman. Partidarios del Estado Islámico, que cambió su anterior nombre de Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) tras proclamar el califato en los territorios bajo su control el mes pasado, han colgado lo que afirman son imágenes del cuerpo del líder en la red.
COMBATIENTES HUYEN DEL "CALIFATO"
Omar Abu Leila, portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS) en el este, ha indicado que cientos de combatientes han huido hacia la zona de Derra, en el sur cerca de Jordania, y a la región de Qalamoun, cerca de Líbano, desde que el Estado Islámico proclamó un califato en la zona bajo su control entre el este de Siria y el norte de Irak.
Según ha precisado, el flujo de armas desde Irak ha inclinado la balanza del lado del Estado Islámico y le ha ayudado a garantizar el control de los yacimientos de petróleo locales. "Nosotros no hemos tenido ninguna ayuda exterior", ha lamentado Abu Leila.
