MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
El exprimer ministro de Etiopía Hailemariam Desalegn ha instado al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, a presentar su dimisión y dejar su puesto libre para que las siguientes generaciones logren la paz y acaben con el conflicto y el sufrimiento del pueblo sursudanés.
En relación con la necesidad de acabar con la violencia en el país vecino, el exmandatario ha lamentado la falta de voluntad por parte de los líderes de Sudán del Sur para implementar un acuerdo de paz respaldado por la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (IGAD).
"Inmediatamente tras mi dimisión les he preguntado si serían capaces de renunciar a sus cargos por haber fracasado a la hora de solucionar el problema de Sudán del Sur", ha aseverado Desalegn, que presentó su renuncia a mediados de febrero de forma repentina como jefe de Gobierno y como presidente de la coalición gobernante en un intento por facilitar las reformas tras un periodo de protestas en el país del Cuerno de África.
"Los líderes deben hacer uso del sentido común y dejar el poder en manos de las nuevas generaciones que puedan dar el siguiente paso", ha explicado después de asegurar haber mantenido una conversación con Kiir al respecto.
Asimismo, el antiguo líder etíope ha aseverado que todo el mundo debe contribuir para acabar con el conflicto en Sudán del Sur, incluida la Unión Africana y Naciones Unidas. "La ONU debe tomar medidas agresivas", ha destacado, según ha recogido el diario local 'Sudan Tribune'.
Sobre su dimisión Desalegn ha señalado que abandonó el cargo dado que Etiopía presenta una serie de problemas a la hora de abordar una sociedad multiétnica, lo que requiere poner en marcha una serie de reformas lo antes posible. "Así que pensé que lo mejor era retirarme para que esas modificaciones se lleven a cabo", ha afirmado.
"El principal problema de la política africana es que la gente se perpetúa en el poder. Y quiero mostrar que es posible irse aun teniendo el poder", ha destacado.
Cientos de personas han muerto en las dos regiones más pobladas de Etiopía, Oromía y Amhara, entre 2015 y 2016, durante las protestas que en un principio iban en contra de la puesta en marcha de un plan de desarrollo para Adís Abeba y que luego se convirtieron en manifestaciones contra las restricciones políticas y los abusos de los Derechos Humanos en el país.
La renuncia del primer ministro etíope se produjo tras una remodelación en el seno la coalición gobernante, que comenzó en noviembre y durante la cual se apartó a varios destacados miembros, incluida la viuda del antiguo primer ministro. Desde enero, el Gobierno había acelerado las reformas, lo que había supuesto la puesta en libertad de más de 6.000 presos políticos.
