WASHINGTON, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
La apretada carrera para las elecciones a gobernador en Florida ha alimentado las especulaciones en torno a un escenario de empate que, llegado el caso, podría terminar resolviéndose con un recuento, una amenaza que todos quieren evitar y que devolvería viejos fantasmas a un estado tradicionalmente clave.
El actual gobernador, el republicano Rick Scott, aspira a revalidar el cargo frente a Charlie Crist, que tras llegar a gobernador como miembro del Partido Republicano busca ahora repetir pero desde las filas demócratas. Un sondeo difundido el 22 de octubre por la Universidad de Quinnipiac situaba en el 42 por ciento la intención de voto para ambos.
El recuento sería necesario en caso de que el margen entre los dos candidatos sea menor al punto porcentual y, teniendo en cuenta una hipotética participación del 50 por ciento --seis millones de votantes--, equivaldría a una diferencia de alrededor de 30.000 sufragios.
Hace cuatro años, Scott logró la victoria por menos de 62.000 votos --1,2 puntos de diferencia-- y su triunfo no quedó confirmado hasta la mañana siguiente. Las campañas demócrata y republicana han admitido públicamente que la carrera volverá a estar apretada este año.
En caso de que se llevase a cabo el recuento, éste se realizaría de forma automática y mediante máquinas, básicamente para comprobar todos los totales sumados, informa 'The Miami Herald'. Si la diferencia queda por debajo del cuarto de punto, las autoridades pasarían a un recuento manual más en detalle.
Para la historia quedan las cinco semanas que duró el recuento en Florida en las elecciones presidenciales de 2000, en las que George W. Bush terminó imponiéndose a Al Gore. Las campañas de Scott y Crist contarán en esta ocasión con miles de observadores desplegados en los distintos colegios.
