MANILA, 30 May. (Reuters/EP) -
El principal asesor de seguridad nacional de Filipinas, Hermogenes Esperon, ha amenazado con acciones militares si sus tropas sufren algún tipo de daño en aguas en disputa del mar de China Meridional, a pesar de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, había rebajado el tono en las últimas semanas.
China instaló recientemente sistemas de misiles en unas islas artificiales situadas en una concurrida zona de paso que incluye parte de la zona económica exclusiva de Filipinas. Duterte, que ha iniciado un acercamiento a Pekín, ha evitado expresar siquiera una protesta diplomática.
"La otra noche, el presidente dijo que, si las tropas sufren algún daño, podría ser una línea roja", ha advertido Esperon en declaraciones a los medios. En este sentido, y aunque ha abogado por el diálogo para rebajar cualquier tensión, el asesor ha subrayado que la guerra está sobre la mesa si se comete algún tipo de agravio contra las Fuerzas Armadas.
El ministro de Exteriores, Alan Peter Cayetano, ya afirmó el lunes ante el personal diplomático que Duterte le había trasladado al Gobierno chino que no permitiría ninguna construcción sin permiso en las zonas en disputa. En juego están no solo intereses de soberanía, sino también el control de un mar por el que pasan cada año mercancías valoradas en 3 billones de dólares.
