PARIS, 20 Dic. (EUROPAPRESS) -
Los ministerios franceses de Justicia y Cultura han elaborado un proyecto de ley para endurecer las penas en caso de robo, destrucción o degradación de bienes culturales, cuyo concepto también se amplía y, por ejemplo, los bienes conservados en edificios religiosos entrarán en esta categoría y tendrán una mayor protección jurídica.
Así, según expuso hoy la ministra de Justicia, Rachida Dati, durante una mesa redonda sobre la protección de los bienes culturales, se reforzarán las sanciones y el robo de un bien cultural o cometido en un lugar protegido, será castigado con una pena de entre siete y diez años de prisión y una multa que oscilará entre los 100.000 y los 150.000 euros. Actualmente, la pena es de tres años de cárcel y 45.000 euros de multa. En Francia se cometen unos 200 robos de este tipo anualmente.
El nuevo texto legislativo tendrá también en cuenta las intrusiones nocturnas en monumentos, museos y bibliotecas, ámbito en el que hoy no existe ninguna infracción penal prevista en la ley. "Es un fenómeno que se desarrolla y no es un simple juego. Es una práctica preocupante que tiene que combatirse porque desafía las reglas de seguridad y escapa a todo control", subrayó la ministra.
Dati resaltó que ello puede provocar incidentes graves que afecten a la protección de las personas y las obras, y puede mostrar la debilidad en la protección de estos lugares. Este tipo de fallos, inmediatamente aprovechados por individuos malintencionados, tienen que subsanarse y las intrusiones se castigarán con 1.500 millones de multa.
