PARIS, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
La justicia francesa investiga un supuesto tráfico de azúcar destinado a la chaptalización --técnica consistente en agregar azúcar al mosto al principio de la fermentación para aumentar el grado de alcohol-- del vino de Beaujolais, zona vitivinícola francesa que tiene ya la mala reputación de primar la cantidad a la calidad de sus caldos.
Según publica 'Le Monde', entre 2004 y 2006, más de 600 toneladas de azúcar se llevaron de manera clandestina a esta región situada al norte de Lyon que cuenta con 3.200 viñedos y tiene doce denominaciones de origen. Todo apunta a que un hombre de 73 años, antiguo empleado de una empresa de material agrícola y buen conocedor de la región, fue quien abasteció desde 1988 a los viticultores.
El transporte se hacía al principio en camionetas pero con el tiempo el tráfico de azúcar aumentó y a partir de 2002 llegó a distribuirse con camiones y remolques. El supuesto organizador de esta trama se ponía en contacto con hipermercados, las ventas se hacían sin factura y las tiendas disimulaban la salida de este material con falsas compras. Una vez investigados los transportistas y los vendedores, las pesquisas se encaminan ahora hacia los compradores, es decir, los viticultores, que podrían ser acusados del delito de fabricación fraudulenta de bebidas.
La chaptalización es una práctica autorizada en Francia pero la cantidad de azúcar tiene que limitarse a 17 gramos por litro, logrando así aumentar un grado el nivel de alcohol. La proporción de azúcar está normalmente registrada y figura en un cuaderno por lo que la red clandestina de tráfico de azúcar conllevaría un engaño en la calidad del vino. Los investigadores se preguntan incluso si no existirá una producción de vino no declarada, a la vista de la cantidad de azúcar con la que se ha traficado.
"Esperamos que la justicia avance. Condenamos sin reservas este tipo de prácticas y actuaciones que comprometen los esfuerzos que nos imponemos para lograr una mayor autenticidad", comenta el presidente de la Unión vitícola de Beaujolais, Bruno Matray. Según los datos manejados por la justicia gala, entre 100 y 150 viticultores de la región tienen motivos para estar nerviosos en las próximas semanas.
