Francia.- El tribunal de Dijon rechaza la petición de morir dignamente de una mujer desfigurada por un tumor

Actualizado: lunes, 17 marzo 2008 15:42

PARIS, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -

El tribunal de gran instancia de Dijon (centro) rechazó hoy como se preveía la petición de Chantal Sébire, la ciudadana francesa que había reclamado su derecho a morir dignamente como consecuencia del tumor incurable que padece y que le ha desfigurado la cara, cumpliendo así con la posición adoptada por el fiscal de la república en contra de la eutanasia activa.

Sébire, de 52 años y madre de tres hijos, había solicitado a la justicia que permitieran que uno de los médicos que le atiende fuera autorizado a "suministrarle las sustancias necesarias para que su vida terminara de forma digna y serena", pero el tribunal de Dijon consideró inaceptable la petición "en el estado actual de la ley", tal como había indicado el fiscal de la República.

Por el momento no ha habido una reacción de la afectada, que recientemente había señalado que no apelaría la sentencia en caso de serle desfavorable pero dejó claro que estaba dispuesta a viajara al extranjero en busca de la ayuda que reclama para morir.

El caso de Chantal Sébire ha reabierto en Francia el debate jurídico, social y político sobre la eutanasia. Esta era la primera ocasión en la que la justicia francesa se enfrentaba a una demanda de este tipo desde la ley de 2005 sobre el derecho de los enfermos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, le ha propuesto contar con una nueva opinión médica, mientras el primer ministro, François Fillon, y la titular de Justicia, Rachida Dati, se han mostrado en contra. "La medicina no está ahí para administrar sustancias letales", dijo Dati.

Antigua profesora, Sébire padece un esthesioneuroblastoma, un raro tumor degenerativo en la cavidad nasal que le ha desfigurado el rostro y le provoca un intenso dolor. Después de haber acudido a un programa de televisión para reclamar que "se le acompañe dignamente a la muerte", llevó su caso a la Asociación para el derecho a morir dignamente.

Su abogado cree que, de aplicarse la llamada ley Leonetti de 22 de abril de 2005, que reconoce a los enfermos terminales el derecho a rechazar un tratamiento y aliviar su sufrimiento, Sébire sólo tiene una posibilidad: pedir la sedación terminal, es decir, entrar en un coma artificial sin comida ni agua hasta la muerte, una opción a la que ella se niega porque le parece una "agonía indigna".

Chantal Sébire quería beneficiarse de un "suicidio médico" asistido, según un método que ya existe en países como Bélgica, Países Bajos o Suiza. En la práctica, su petición --que finalmente ha sido rechazada-- reclamaba que se le permita a un médico administrarle Penthotal de manera voluntaria para tomarlo cuando ella misma decidiera.