Refugiados rohingya esperan a recibir comida en Nayapara
REUTERS / MARKO DJURICA
Publicado: lunes, 26 febrero 2018 13:02

RANGÚN, 26 Feb. (Reuters/EP) -

Birmania ha arrasado con excavadoras los restos de varias aldeas rohingya para preparar el terreno para el reasentamiento de refugiados, no para destruir las pruebas de las atrocidades cometidas contra la minoría musulmana, ha asegurado este lunes un cargo del Gobierno birmano que dirige los esfuerzos de reconstrucción en la provincia de Rajine, en el norte del país.

El Ejecutivo habría ordenado que se arrasaran 55 aldeas en Rajine, incluyendo dos que parecían intactas antes de que entraran las excavadoras, según denunció Human Rights Watch (HRW) la semana pasada tras estudiar imágenes obtenidas por satélite.

Aung Tun Thet es el presidente de la Compañía de Sindicatos por la Asistencia Humanitaria, Reasentamiento y Desarrollo (UEHRD), un organismo al que la líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, encargó en octubre la respuesta nacional a la crisis.

Este lunes, Aung Tun Thet ha manifestado ante la prensa que las aldeas están siendo arrasadas para ayudar al Gobierno a establecer a los refugiados tan cerca de sus antiguos hogares como sea posible. "No hay ningún deseo de eliminar lo que tildan de pruebas", ha declarado Tun Thet. "Lo que estamos tratando de hacer es asegurarnos de que se pueden construir más fácilmente los edificios para la gente que vuelve", ha añadido el presidente de UEHRD.

La repatriación de los rohingya se llevará a cabo según un acuerdo firmado con Bangladesh en noviembre. Aung Tun Thet ha aseverado que Birmania hará todo lo posible para asegurar que esto se haga de una manera "justa, digna y segura".

La persecución llevada a cabo por el Ejército como respuesta a los ataques milicianos rohingya perpetraron contra 30 puestos de Policía y una base militar el pasado 25 de agosto ha obligado a 688.000 miembros de esta minoría a huir del país y refugiarse en Bangladesh. Muchos han relatado cómo los militares y los agentes de Policía birmanos llevaron a cabo asesinatos, violaciones y cómo destrozaron las aldeas por las que pasaban.

Birmania ha negado la mayoría de acusaciones y ha demandado que se presenten más pruebas de que se han cometido abusos, a la par que ha impedido que entren en la zona de conflicto periodistas independientes, observadores de Derechos Humanos e investigadores nombrados por Naciones Unidas.

HRW manifestó que las demoliciones podrían haber borrado las atrocidades cometidas por las fuerzas del orden birmanas contra la minoría rohingya, barbaridades que Naciones Unidas (ONU) y Estados Unidos han tildado de limpieza étnica.

LAS CRÍTICAS DE NACIONES UNIDAS

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha insistido en su deseo de que Birmania "asegure el acceso humanitario sin trabas en la provincia de Rajine" en un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.

La ONU suspendió todas sus actividades en Rajine y evacuó a todo su personal que no fuese fundamental para el funcionamiento de la organización después de que el Ejecutivo birmano diese a entender que creía que la organización había apoyado a los milicianos rohingya en 2017.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha sido excluido del proceso de repatriación. "La comunidad rohingya necesita desesperadamente asistencia inmediata que pueda salvar vidas, soluciones a largo plazo y justicia", ha manifestado Duterres.

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