SHANGHÁI, 31 Jul. (Reuters/EP) -
El Gobierno de China ha exigido este martes que se impongan mayores penas contra las empresas y los individuos que se vean involucrados en escándalo de las vacunas contra la rabia después de que saliera a la luz que uno de los principales laboratorios chinos había violado los estándares de fabricación.
Las autoridades del país, que ya han ordenado la detención de 18 trabajadores de los laboratorios Changsheng Biotechnology Co., abrieron una investigación la semana pasada contra la empresa por presunta corrupción. Entre ellos se encuentra la presidenta de la compañía, Gao Junfang.
El Consejo de Ministros, en una reunión con el primer ministro, Li Keqiang, ha instado a tomar fuertes represalias contra los involucrados y prohibir que vuelvan a formar parte de la industria farmacéutica de forma indefinida.
Asimismo, las autoridades han ordenado que se lleven a cabo un mayor número de investigaciones para determinar la responsabilidad penal de los implicados. Según un equipo especial de investigación, Changsheng habría falsificado sistemáticamente datos de producción, así como varios registros para evitar inspecciones.
También habría vendido 252.600 dosis de una vacuna contra la difteria destinada a niños, la cual no tendría ninguna eficacia.
El Gobierno señaló el domingo que los informes y registros de inspección de los productos de la compañía farmacéutica Changsheng habían sido manipulados de forma arbitraria, lo que supone una "grave" violación de las leyes vigentes en el país.
