El Gobierno culpa a la oposición de las cuatro explosiones registradas en Jaffna

Actualizado: martes, 26 enero 2010 11:04


COLOMBO, 26 Ene. (Reuters/EP) -

El ministro de Derechos Humanos de Sri Lanka, Mahinda Samarasinghe, ha culpado a la oposición de las cuatro explosiones que se han registrado en Jaffna (norte del país) unas horas antes de que los ceilandeses comenzaran a votar este martes en las que son las primeras elecciones tras la conclusión de los 25 años de guerra entre el Ejército y el grupo rebelde Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).

"Nos advirtieron ayer del plan de la oposición para crear este tipo de situación con el fin de poder decir a la comunidad internacional que era el Gobierno el que lo estaba haciendo para intimidar a la gente de Jaffna", aseguró el ministro.

Pese a estos incidentes ocurridos en Jaffna, principal centro cultural de la etnia tamil, minoritaria en Sri Lanka, y de un ataque con un cóctel molotov, la jornada electoral se está desarrollando de manera tranquila, según los observadores electorales. En estos ataques no ha resultado herida ninguna persona.

En todo el país se han desplegado más de 68.000 policías y 250.000 responsables electorales. Por primera vez, los ceilandeses votan sin miedo a ser víctimas de atentados suicidas o ataques del LTTE.

Tras depositar su papeleta en Medamulana, en la costa meridional de Sri Lanka, el presidente ceilandés, Mahinda Rajapaksa, declaró: "La victoria de este martes será excepcional. Es evidente, los votantes de toda la nación están participando para nuestra victoria". "Esperamos unas elecciones pacíficas y nos estamos preparando para disfrutar un mejor mañana", añadió.

El favorito para lograr la victoria en las elecciones presidenciales es el principal responsable militar de la derrota de los rebeldes tamiles, el ahora ex general Sarath Fonseka. La alternativa es Rajapaksa, quien hasta ahora no ha hecho mucho por investigar las atrocidades atribuidas al Ejército por grupos de Derechos Humanos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch.