ISLAMABAD, 2 Nov. (DPA/EP) -
El gobierno de Pakistán ha ofrecido este sábado una apertura de conversaciones con la oposición para intentar contener las protesstas que, desde hace días, exigen la renuncia del primer ministro, Imran Jan, por la crítica situación económica y la excesiva influencia del Ejército en la política nacional.
"Nuestras puertas están abiertas para conversaciones, pero la renuncia del primer ministro está fuera de discusión", ha avisado el ministro de Defensa, Pervez Jattak.
La oposición dio el viernes a Khan 48 horas para renunciar, acumulando presión sobre el líder que ya está bajo fuego por la economía en crisis del país y que se llama un títere de los poderosos militares.
Más de 100.000 activistas de un amplio espectro de oposición, incluido el del ex primer ministro Nawaz Sharif, siguen en el campamento de protesta erigido en el centro de la capital del país, Islamabad, en alerta máxima y en contacto con la guarnición militar apostada en la cercana Rawalpindi.
Jattak ha declarado que el Gobierno quedará libre de responsabilidad si la protesta deviene en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Maulana Fazalur Rehman, líder del partido Jamiat Ulama e Islam (JUI) y uno de los cabecillas contra las protestas, ha amenazado con intensificar las protestas si Jan no renuncia, a sabiendas de que la Fiscalía le acusará formalmente el lunes de incitar a la violencia.
La oposición se ha declarado dispuesta a conversar siempre y cuando la dimisión de Jan sea una opción sobre la mesa, según otro de los responsables de las marchas, Akram Durrani, quien ha advertido de movilizaciones extraordinarias en los próximos días, huelgas, bloqueos y dimisiones en masa en las asambleas nacionales y provinciales.
Asimismo, Durrani ha insistido en que las elecciones nacionales del año pasado que llevaron a Jan al poder fueron manipuladas por los poderosos militares para instalar un gobierno elegido por los generales, unido al declive económico experimentado desde que Jan asumió el cargo el año pasado, con una inflación que alcanzó máximos de 10 años, y las pérdidas de miles de puestos de trabajo.
