El Gobierno de Sri Lanka y los rebeldes tamiles defienden sus posturas sobre el alto el fuego en Ginebra

Actualizado: miércoles, 22 febrero 2006 21:26


GINEBRA, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los rebeldes Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el Gobierno de Sri Lanka plantearon hoy sus preocupaciones durante las conversaciones que mantienen en Ginebra, las primeras directas en tres años, y dejaron de manifiesto puntos de vista un tanto divergentes sobre el modo de reforzar el acuerdo de alto el fuego del que precisamente hoy se cumplen cuatro años.

El negociador jefe del LTTE, Anton Balasingham (en la imagen), dijo que el acuerdo de alto el fuego de 2002 "es un instrumento bien elaborado y válido de paz", dando a entender que el LTTE no quiere reabrir el documento para que se introduzcan cambios, después de que un portavoz del Gobierno ceilandés, Rohitha Bogollagama, afirmara ayer que el acuerdo de tregua tenía "defectos" y que el Gobierno tiene "la libertad y el derecho" de pedir revisiones.

Durante su intervención, el representante del LTTE, según recoge la web pro rebelde 'Tamilnet.com', defendió el acuerdo de alto el fuego como "el logro más constructivo" del proceso de paz facilitado por Noruega, ya que tiene como objetivo "poner fin a las hostilidades y crear un entorno positivo que lleve a negociaciones significativas".

Según Balasingham, ha sido la falta de aplicación más que la debilidad del acuerdo, lo que ha estado cerca de llevar de nuevo a la isla a una guerra civil. "Ha sido la tregua la que ha ayudado a evitar un guerra y ha creado el entorno actual en el que ambas partes podrían comprometerse en un diálogo para fortalecer las condiciones de paz y normalidad en el noreste de la isla, afectado por la guerra", añadió.

Balasingham acusó al Gobierno de no cumplir con sus obligaciones en virtud del acuerdo de alto el fuego de desarmar a los "paramilitares" no autorizados, de dar libertad de movimientos al LTTE y de vaciar cientos de templos hindúes y escuelas ocupados por el Ejército en las zonas tamiles.

Admitiendo que todas las partes han violado el acuerdo, instó a los negociadores a evitar "un debate de recriminaciones, haciendo acusaciones y contraacusaciones uno contra otro sobre los abusos de la tregua".

Por su parte, el ministro Nimal Siripala de Silva, que encabeza la delegación del Gobierno ceilandés, expresó su deseo de que "estas discusiones marquen un capítulo significativo en el diálogo entre el Gobierno de Sri Lanka y el LTTE" y que siente "las bases para un acuerdo de alto el fuego significativo en el que los beneficiarios sean todos los pueblos de Sri Lanka".

Asimismo, De Silva, condenó el gran número de asesinatos de ciudadanos de todos los grupos étnicos desde el alto el fuego de 2002, subrayando que "estos asesinatos han minado seriamente el alto el fuego".

Ambas partes se sentaron enfrentadas en una mesa en el aislado castillo de de Bossey, a 20 kilómetros de Ginebra, mientras que los representantes noruegos y los anfitriones suizos se sentaron en otra parte de la mesa y en la restante se situaron los observadores internacionales de la tregua.

El LTTE acusó al Gobierno de luchar "una fea forma de guerra en la sombra o subversiva" apoyando a una facción rebelde escindida responsable de la muerte y secuestro de cientos de civiles. Por su parte, los delegados gubernamentales acusaron a la guerrilla de la escalada de violencia que se cobró más de 150 muertos en la isla desde diciembre pasado, entre ellos al menos 81 soldados.

El mediador noruego, Erik Solheim, ante esta situación, pidió a ambas partes que restablezcan la confianza que se ha visto minada desde que se suspendieron las conversaciones de paz hace tres años.

"Hay muy poca confianza entre las dos partes en un principio", declaró Solheim, pidiendo a los líderes de ambas delegaciones que se estrecharan las manos ante las cámaras tras su breve declaración de apertura.