Hariri acepta el veredicto del TEL sobre el asesinato de su padre: "Hoy hemos conocido la verdad"

El ex primer ministro de Líbano Saad Hariri
El ex primer ministro de Líbano Saad Hariri - Marwan Naamani/dpa - Archivo
Actualizado: martes, 18 agosto 2020 18:32

Reclama "sacrificios" a Hezbolá en un aparente llamamiento para que entregue al único condenado

MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

El ex primer ministro libanés Saad Hariri ha declarado que acepta el veredicto emitido este martes por el Tribunal Especial para Líbano (TEL), que ha condenado a uno de los cuatro acusados y ha absuelto a los demás, sobre el asesinato de su padre, el también ex primer ministro Rafik Hariri.

"En nombre de la familia del ex primer ministro Rafik Hariri y de las familias de los demás mártires y víctimas, aceptamos el veredicto del tribunal", ha dicho Hariri en declaraciones a los medios de comunicación desde La Haya, donde se encuentra el TEL.

Hariri ha recordado que "la demanda de los cientos de miles de libaneses que tomaron las calles después del asesinato terrorista era verdad y justicia" y que, aunque "hoy todos hemos conocido la verdad, aún queda hacer justicia". "Y conseguiremos que se haga sin importar cuánto tardemos", ha afirmado.

Así, a pesar de que el Tribunal Especial ha determinado que no hay pruebas de la implicación de la cúpula de Hezbolá en el asesinato de Hariri, su hijo ha considerado que sí "ha quedado claro que la red responsable (del atentado) pertenece a sus filas".

Por ello, ha pedido a Hezbolá que haga "sacrificios", sugiriendo de este modo que entregue al único condenado, Salim Ayyash, que al igual que los otros tres acusados --que han sido absueltos-- ha sido procesado 'in absentia' porque se desconoce su paradero.

"Se lo decimos a todo el mundo: Que nadie espere ningún sacrificio de nosotros, ya hemos sacrificado lo más preciado para nosotros y no abandonaremos Líbano, por el que los mártires dieron sus vidas", ha señalado.

Hariri ha querido recalcar a Hezbolá que "los libaneses de hoy no aceptarán que su país se convierta en un refugio para asesinos". "No descansaremos hasta que el castigo se haya cumplido", ha avisado, en una aparente alusión a la pena, que se conocerá el 21 de septiembre.

Asimismo, ha destacado la valía del TEL, que en su opinión ha demostrado una "alta credibilidad" al condenar solo a uno de los cuatro sospechosos, "con los más altos estándares de justicia internacional".

Además, ha subrayado que marca un punto de inflexión porque hasta ahora "ningún crimen político en Líbano había logrado verdad y justicia". Por todo ello, ha sostenido, el fallo del TEL "envía un potente mensaje de que la era de los crímenes políticos ha acabado" en Líbano.

JUSTICIA POR LAS EXPLOSIONES EN BEIRUT

Hariri ha aprovechado también para aludir a las víctimas --casi 200 muertos y miles de damnificados-- de las explosiones ocurridas el pasado 4 de agosto en el puerto de Beirut, al parecer, por 2.750 toneladas de nitrato de amonio mal almacenado.

"Hoy hemos conocido la verdad (...) y mi nueva petición es que la verdad y la justicia que se han logrado para Rafik Hariri se establezcan también para todos los que cayeron en las explosiones de Beirut", ha declarado.

Decenas de personas han comenzado a concentrarse en torno a la tumba del ex primer ministro, ubicada en el centro de Beirut. La hermana del fallecido, Bahia Hariri, y otros miembros de la familia han leído algunos versos del Corán y han dejado flores blancas, de acuerdo con la agencia de noticias DPA.

Saad Hariri había pedido a sus simpatizantes que, independientemente de cuál fuera el sentido del fallo, no tomaran las calles para evitar enfrentamientos con los simpatizantes de Hezbolá. "'Nadie es más grande que el país', y nadie es más grande que el deseo de verdad y justicia de los libaneses", ha concluido Hariri citando una famosa frase de su padre.

EL ASESINATO

Hariri, que fue primer ministro hasta cuatro veces, murió el 14 de febrero de 2005 por la explosión de un coche bomba en Beirut que se saldó con otros 21 muertos y más de 220 heridos. A pesar de que la autoría del atentado fue reclamada por un grupo fundamentalista hasta entonces desconocido llamado Victoria y Yihad en la Gran Siria, la acusación considera que fue una reivindicación falsa para alejar las sospechas de Siria y Hezbolá.

El entonces jefe de Gobierno se había convertido en el rostro de la reconstrucción de Líbano tras la guerra civil (1975-1990), erigiéndose como la figura suní más importante del país, por contraposición a Hezbolá, una formación chií vinculada a los regímenes chiíes de Siria e Irán. Por ello, las sospechas se dirigieron hacia el partido-milicia y el Gobierno sirio. Las fuertes protestas de esos días obligaron a la retirada de las tropas sirias de Líbano tras 29 años de hegemonía política y militar.

A la muerte de Hariri siguió una ola de asesinatos y tentativas de asesinato contra otros políticos, periodistas y activistas que reavivó el temor a un nuevo conflicto, por lo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decidió intervenir creando el TEL, un tribunal híbrido formado por juristas libaneses e internacionales que ha investigado lo ocurrido durante estos quince años.

El esperado veredicto del TEL llega en un momento especialmente delicado para Líbano, que atraviesa la peor crisis económica desde la guerra civil, ahora agravada por la situación humanitaria provocada por las explosiones en el puerto de Beirut.

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