La hija de Fritzl planeaba marcharse de casa antes de que su padre la secuestrara

Actualizado: jueves, 8 mayo 2008 21:41
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   VIENA, 9 (OTR/PRESS)
El caso del 'monstruo de Amstetten' continúa dando de que hablar después de que cada día se conozcan datos aun más espeluznantes la vida de sus protagonistas. Ayer, un diario publicó unas cartas escritas por Elisabeth antes de que su padre la encerrara en el sótano de su casa, en las que le decía a una de sus amigas que planeaba escaparse de casa. Sin embargo, antes de que eso ocurriera, su padre la secuestró para, según explicó "alejarla del mundo exterior" y mantener sexo con ella, algo a lo que confesó haberse vuelto adicto.

   "Después de los exámenes me voy con mi hermana y su novio". Esas eran sus intenciones en mayo de 1984, según lo que le escribió a una amiga en varias cartas. En total, tres escritos en los que le comunicaba a su amiga que le gustaba salir con sus amigos, escuchar música y jugar al tenis o nadar y que concluían con una despedida en la que le aseguraba que le daría su nueva dirección tan pronto como se mudara, según una información de la BBC recogida por otr/press.

   Además, el diario Oesterreich publicó su última carta, del 3 de agosto de 1984, en la que Elisabeth incluía una fotografía y pedía a su amiga: "Piensa en mí".

   Sin embargo, los planes de Elisabeth se vieron truncados cuando su padre decidió encerrarla en el sótano. Según ha explicado a través de su abogado, Rudolf Mayer, Fritzl decidió aislar a su hija del mundo exterior cuando comenzó a "romper todas las reglas". "Iba a bares, bebía alcohol y fumaba, y se escapó un par de veces", añadió. Por ello, construyó el zulo en el que su hija permanecería durante los 24 años siguientes. "Necesitaba tomar precauciones, necesitaba crear un lugar en el que pudiera en algún punto mantenerla alejada del mundo exterior, por la fuerza en caso de ser necesario", alegó.

   A partir de ese momento, Fritzl se encontró atrapado en un ciclo ineludible del que ya no pudo escapar. Aseguró a su mujer que Elisabeth se había unido a una secta, pero él mismo la mantenía retenida y abusaba de ella en repetidas ocasiones, llegando a dar a luz a siete hijos, de los que uno murió al poco tiempo de nacer.

   "ERA COMO UNA ADICCIÓN"

   Según ha trasladado el abogado de Fritzl al diario News, el 'monstruo de Amstetten' comenzó a violar a su hija un año después de tenerla encerrada. "Mi instinto por tener sexo con Elisabeth se volvió cada vez más fuerte. Sabía que Elisabeth no quería que hiciera lo que le hice. Sabía que la estaba lastimando, era como una adicción. En realidad, quería hijos con ella", afirmó.

   Sin embargo, el saber que lo que estaba haciendo estaba mal no le impidió prolongar la situación durante años. "Supe todo el tiempo, durante los 24 años, que lo que hacía no estaba bien, que debía estar loco para hacer algo así", añadió. Y no se equivocaba a tenor de la doble vida que mantuvo durante tanto tiempo y las atrocidades que cometió. Ahora, su abogado sostiene que su cliente debería someterse a unas pruebas psiquiátricas al considerar que su cliente no es apto para un juicio.

   A pesar de todo, Fritzl mantiene que es un hombre que valora la decencia y las buenas maneras, pero que podría haberle influido el énfasis en la disciplina de la época nazi durante su infancia. "A pesar de todo, no soy la bestia que han dicho los medios. Cuando iba al búnker llevaba flores para mi hija, y libros, y juguetes para los niños, y veía vídeos de aventuras con ellos mientras Elisabeth cocinaba nuestro plato favorito. Y entonces todos nos sentábamos a la mesa y cenábamos juntos", recordó.