Doble atentado con coche bomba en Benghazi (Libia)
REUTERS
Publicado: jueves, 25 enero 2018 7:53

MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha resaltado este jueves que el doble atentado con coche bomba perpetrado el martes en la ciudad libia de Benghazi (este), que se saldó con al menos 43 muertos, supondría un crimen de guerra.

La primera explosión tuvo lugar fuera de una mezquita situada en el distrito de Al Salmani, en el centro de Benghazi, justo cuando los fieles salían tras al rezo nocturno. Entre diez y quince minutos después, tras la llegada de las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias, se registró una segunda explosión más potente que la primera.

"Colocar bombas frente a una mezquita civil, en particular cuando está destinada a provocar el máximo de víctimas civiles, es un crimen de guerra", ha dicho la investigadora de HRW para Libia Hanan Salah. "Los civiles de Benghazi están haciendo frente de forma inaceptable a la mayor carga de este conflicto", ha agregado.

HRW ha reclamado además que se investiguen las informaciones sobre ejecuciones en la ciudad en venganza por el atentado.

Las fotografías, difundidas en redes sociales y por algunos medios locales, muestran la aparente ejecución de al menos nueve personas en el lugar de la doble explosión, junto a una mezquita situada en el distrito de Al Salmani.

Entre los responsables figuraría Mahmud al Werfalli, un comandante de las fuerzas especiales buscado por el Tribunal Penal Internacional (TPI) precisamente por este tipo de incidentes.

"Las autoridades en el este de Libia deben llevar a cabo una investigación efectiva y transparente de los incidentes y, dentro de lo posible, juzgar a los que se considere responsables de ataques criminales", ha remachado Salah.

Benghazi ha sido durante más de tres años uno de los escenarios de los enfrentamientos entre las fuerzas leales al mariscal de campo Jalifa Haftar --leal al gobierno asentado en el este del país-- y los milicianos islamistas.

En las últimas fases de ese conflicto se han producido varios ataques contra figuras vinculadas al Ejército que encabeza Haftar, cuyas fuerzas aseguraron que se habían hecho con el control total de Benghazi en diciembre de 2017.

Libia vive sumida en una grave crisis política y de seguridad desde la caída del Gobierno de Muamar Gadafi en 2011, acrecentada por la existencia de dos gobiernos enfrentados, el de unidad nacional y el del este del país, asentado en Tobruk.

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