HRW denuncia que el Gobierno regional kurdo impide volver a sus hogares en territorio kurdo a 4.200 árabes suníes

Una casa destruida por la guerra en Hamdaniya
Una casa destruida por la guerra en Hamdaniya - BELKIS WILLE /HUMAN RIGHTS WATCH
Publicado: viernes, 6 septiembre 2019 14:30

Asegura que está bloqueando el regreso de familias y pone en duda los motivos esgrimidos para este bloqueo

MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -

Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que el Gobierno regional kurdo está impidiendo a 4.200 iraquíes árabes suníes que regresen a sus hogares en doce localidades situadas al este de Mosul en el Kurdistán iraquí.

Más de tres años después de arrebatar a Estado Islámico el control del distrito de Hamdaniya, las autoridades kurdas solo han permitido el regreso a la zona de residentes kurdos y de suníes árabes con vínculos con el Gobierno regional del Kurdistán, lo que, a su juicio, supone una violación de la legislación humanitaria.

Estas familias iraquíes árabes suníes que ahora quieren regresar a sus hogares huyeron en un primer momento a Mosul en 2014, cuando todavía estaba controlada por Estado Islámico. Cerca de 3.400 árabes suníes han estado viviendo en campamentos para desplazados con escasos servicios.

Las familias afectadas han firmado que les han impedido volver a sus hogares y tierras y que no puede ganarse la vida. Un alto cargo del Gobierno regional kurdo ha explicado por correo electrónico a HRW que estos árabes suníes pueden volver cuando quieran a sus casas aunque también ha informado de que hay una lista de localidades de la provincia de Nínive a las que es difícil regresar, identificando seis de ellas como "bloqueadas".

"El Gobierno regional del Kurdistán está impidiendo que miles de residentes árabes vuelvan a su hogar sin dar una razón legítima", ha asegurado la directora para Oriente Próximo de Human Rights Watch (HRW), Lama Fakih. "El hecho de que el Gobierno regional del Kurdistán esté permitiendo que residentes kurdos y árabes bien conectados vuelvan sugiere que estos ciudadanos están siendo castigados indebidamente", ha afirmado.

HRW ha llevado a cabo tres investigaciones sobre las maniobras del Gobierno kurdo para impedir el retorno de residentes al distrito de Hamdaniya desde 2016, la más reciente en junio de 2019, con entrevistas a once suníes que reside en el campamento de Hasansham y que proceden de esta localidad y de Manquba, Shirkan y Tal Aswad.

El coordinador de apoyo internacional del Gobierno kurdo, Dindar Zebari, contó en una carta enviada a HRW el 10 de agosto que de las quince localidades que había investigado la ONG, los registros de población ponían de manifiesto que había habido pocos o ningún retorno en seis y mínimos retornos en dos. En cuatro locales, cerca de la mitad de la población había regresado. Solo en tres de ellas habían regresado todos o casi todos los residentes. Los residentes que no han podido volver a sus casas han afirmado que esas tres localidades ya tenían una población mayoritariamente kurda o de árabes con fuertes vínculos con Gobierno kurdo.

HRW ha afirmado que los residentes suníes y los cooperantes ponen en entredicho que las autoridades estén dispuestas a investigar los casos de bloqueo de retorno. "Después de que Estado Islámico perdiera el control de Mosul, en noviembre de 2016, y el Gobierno regional kurdo situara una administración civil en la zona, los árabes suníes intentaron volver al distrito de Hamdaniya pero las fuerzas iraquíes redirigieron a los desplazados al cercano campo de Hasansham. Tras un mes en el campamento, las fuerzas de seguridad kurdas les informaron sin una clara explicación que no se les permitiría regresar a casa", ha denunciado la organización de defensa de los Derechos Humanos.

A finales de 2017, según el relato de familias suníes y de cooperantes, las fuerzas de seguridad kurdas reiteraron que no habría retorno a sus hogares pero les dejaron trasladarse a campamentos de Mosul o a Erbil, controlada por el Gobierno kurdo, "lo que llevó a algunas familias a abandonar los campamentos".

Las autoridades kurdas han dado diferentes razones para el bloqueo del retorno: "servicios inadecuados, artefactos explosivos, zonas minadas, destrucción de propiedades, conflictos sociales y por propiedades y tierras, temor a ataques de residentes vinculados a Estado Islámico y cuestiones de seguridad relacionadas con el referéndum de independencia kurdo celebrado en septiembre de 2017", que hace esta zona podría ser el frente de batalla si hay un conflicto entre fuerzas militares kurdas e iraquíes.

HRW ha hecho hincapié en que el derecho internacional humanitario establece que está prohibido el desplazamiento forzado de civiles salvo en los casos que sea necesario para proteger vidas o por motivos militares imperativos.

Además, ha señalado que el análisis de imágenes satelitales tomadas desde 2016 muestra que los peshmerga (el Ejército kurdo) han desplegado unidades y han construido instalaciones castrenses en cuatro de las localidades que apenas han tenido retorno de residentes.

Por ello, la ONG ha reclamado al Gobierno de Erbil que retire de inmediato "todas las restricciones" que impiden el retorno de residentes "cuando no hay necesidades militares" para dicho bloqueo y que investiguen a las autoridades que han bloqueado estos retornos.

"Las autoridades kurdas no deberían impedir que las familias retornen a sus localidades porque quieren castigar a la comunidad", ha dicho Fakih. "Estos residentes tienen el derecho a volver a su propia tierra y a sus hogares", ha concluido.

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