NUEVA DELHI, 14 Jul. (Reuters/EP) -
India anunció este miércoles la creación de una estructura de mando unificada para ayudar a coordinar una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra los rebeldes maoístas, pero los analistas dicen que esta medida no será suficiente para invertir la lucha contra la insurgencia.
El mando unificado, que incluirá a un ex general del Ejército, pone de manifiesto la urgencia del Gobierno para afrontar una rebelión que se ha extendido en las regiones rurales pobres, donde prevalece un sentimiento de negligencia gubernamental.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, quiere medidas decisivas contra los rebeldes, no sólo para demostrar que el Gobierno está al mando sino también para liberar grandes zonas de bosque ricas en minerales que tendrían un potencial comercial con un valor de miles de millones de dólares.
Los rebeldes aseguran que luchan por los pobres y por los que no tienen tierra, y han respaldado a los agricultores en las disputas territoriales contra la industria. La campaña contra los rebeldes ha sufrido debido a la decisión de evitar utilizar al Ejército por temor a alienar a los locales, dejando a policías con un entrenamiento insuficiente frente a la lucha contra la guerrilla en las junglas del centro y este de India.
La escasa coordinación entre las fuerzas estatales también ha dañado la lucha, y el Gobierno central espera que un mando unificado pueda afinar la ofensiva de seguridad. "Los esfuerzos de los gobiernos estatales (...) se han cumplido con resultados mixtos", afirmó el ministro del Interior, Palaniappan Chidambaram, durante una reunión con los ministros de los estados afectados.
Hay numerosos puntos de vista sobre cómo dar con la respuesta adecuada a la rebelión. Muchos ven la insurgencia más como un problema de pobreza y subdesarrollo que no puede resolverse sólo por la fuerza.
El nuevo plan también implica el uso de más helicópteros y apoyo logístico del Ejército y, como medida de equilibrio, Chidambaram anunció más dinero para proyectos de desarrollo en las zonas dominadas por los maoístas.
La insurgencia, a la que Singh ha descrito como el mayor desafío de seguridad del país, está ahora presente en un tercio del país. Una serie de atentados mortales cometidos este año ha afectado las afirmaciones gubernamentales de haber ganado la guerra contra los maoístas después de lanzar una ofensiva con miles de policías el año pasado.
