Infancia en peligro hacia un futuro incierto

Niños en una escuela de Guatemala
PEDRO ARMESTRE/SAVE THE CHILDREN
Actualizado: martes, 20 noviembre 2018 12:15

Al desafío regional en Centroamérica no se responde con un metro más de muro o incumpliendo la Convención de los Derechos del Niño

MADRID, 20 Nov. (Por David del Campo, director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Save the Children) -

En 1990, apenas un año después de aprobarse la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1998, tuvo lugar la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, en la que se aprobó el Plan de Acción en el que se recogió que "no hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana". Sin embargo, la realidad veinte años después dista todavía mucho de ese ideal.

El pasado mes de agosto acompañé durante tres semanas a varios menores migrantes centroamericanos en su viaje hacia Estados Unidos. Tuve la oportunidad de conocer de cerca sus sueños, razones, miedos, certezas, incertidumbres. Entendí desde el primer minuto que no es lo que esperaban encontrar en Estados Unidos lo que motivaba su huida, justo lo contrario huían de lo que les rodeaba.

Huían de violaciones sexuales como en Guatemala, donde se han producido 4.067 violaciones en los primeros seis meses de 2018, o por las cinco personas que desparecieron cada día en 2017 en El Salvador, o de una tasa de homicidios de 43,6 por cada 100.000 en Honduras.

Estas cifras pueden parecer neutras, pero dibujan las coordenadas de un infierno cuando comparas con nuestro entorno. Ese infierno significa que cuando en España hay una violación en Guatemala hay cuatro, o que por cada homicidio en España en El Salvador tienen lugar 43.

Mientras conocía esta realidad atravesando México en la ruta hacia Estados Unidos, exactamente el jueves 30 de agosto, leía una noticia donde la viceministra para Salvadoreños en el Exterior confirmaba que "tres niños salvadoreños fueron violados por cuidadores de un albergue en Estados Unidos".

Es imposible imaginar un contexto más cruel y perverso. Niños que huyeron de sus países de un contexto de violencia y pobreza extrema, volvían a reunirse con aquello de lo que huían. Se trata de un hecho aislado, pero real. Es precisamente esa realidad más dura de violencia sobre la infancia la que desde Save the Children queremos elevar en el aniversario de la Convención.

"HEMOS AVANZADO POCO COMO HUMANIDAD"

Estos días cuando vemos a través de los medios de comunicación la Caravana de Migrantes viene a mi cabeza la noble tarea del Plan de Acción de 1990. Miro atrás y veo que 28 años después hemos avanzado poco como humanidad, pero sobre todo en la realidad de la Convención de los Derechos del Niño.

Nuestro reto en muchos lugares del mundo no es proteger a la infancia, se trata de que no sean tratados como delincuentes por el simple hecho de huir de una situación de la que no es responsable. Se detiene o deporta a un narcotraficante nunca a un niño. Cada vez que esto ocurre se incumple de forma grave la Convención de los Derechos del Niño.

El escenario a corto y medio plazo es que la crisis centroamericana no termine. Seguirá habiendo un flujo importante hacia Estados Unidos como lleva ocurriendo hace más de 10 años. Mirar en origen, las causas que motivan la huida de personas es la única respuesta eficaz posible.

No se responde a un desafío regional como el que enfrenta Centroamérica con un metro más de muro o incumpliendo la Convención de los Derechos del Niño. La respuesta está en acabar con la violencia estructural que gobierna y condiciona estos países, está en acabar con la impunidad hacia los crímenes que sufre la infancia y está en ofrecer vías seguras y legales que impidan a las mafias que trafican con seres humanos seguir haciendo negocio a costa de la dignidad y la vida de seres humanos.

Se trata de algo que ya dijimos en 1990 en el Plan de Acción de la Convención de los Derechos del Niño. Se trata de que la Convención sea un instrumento útil y eficaz en la defensa y protección de la infancia y no una mera declaración de intenciones que pueden ser incumplida de forma premeditada y planificada por cualquier gobierno. Se trata de una Convención en que su violación grave genere consecuencias.

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