Un investigador de Amnistía Internacional denuncia un secuestro en el sur de Rusia

Vladimir Putin
REUTERS / SPUTNIK PHOTO AGENCY
Publicado: lunes, 15 octubre 2018 11:37

MOSCÚ, 15 Oct. (Reuters/EP) -

Oleg Kozlovski, un investigador que trabaja para la ONG Amnistía Internacional, ha denunciado que fue secuestrado a punta de pistola en la región rusa de Ingushetia, sin que por ahora las autoridades le hayan respondido siquiera a la denuncia que presentó el pasado 9 de octubre ante el Comité de Seguridad.

Kozlovski, de 34 años, contó a Reuters su historia el jueves, aunque no ha sido publicada hasta este lunes para darle tiempo a él y a su familia a mejorar su seguridad.

Así, ha explicado que el pasado 5 de octubre llegó a Ingushetia para investigar la libertad de reunión en el contexto de las protestas que se viven en este territorio por el intercambio de tierras con la vecina Chechenia. Al día siguiente por la tarde, un hombre llamó a la puerta de su hotel para avisarle de que uno de los líderes de las manifestaciones quería hablar con él.

Sin embargo, de camino a la supuesta cita, varios hombres con gorras y mascarillas interceptaron el vehículo en el que viajaba. "Una de estas personas me obligó a bajar la cabeza, sacó una pistola y me la puso en la nuca, diciendo que me dispararía", ha asegurado el investigador.

Según su testimonio, fue trasladado a un coche en el que dos hombres se encargaron de quitarle el teléfono y le propinaron varios golpes, mientras le preguntaban quién era y a qué se dedicaba. Bajó del vehículo en campo abierto, con las manos a la espalda y bajo constantes amenazas.

Kozlovski ha dicho que los agresores le pusieron un objeto en las manos, lo que le lleva a sospechar que querían orquestar una denuncia por posesión de drogas o armas. A continuación, le obligaron a desvestirse y amenazaron con publicar las imágenes de él desnudo si no trabajaba como informante de la Policía para casos de extremismo.

El activista ha explicado que se negó y que, ante esta negativa, los asaltantes intentaron garantizar que no contaría a nadie. "Me pusieron otra vez en el suelo, de nuevo con la pistola detrás de la cabeza, y me dijeron que rezase. Me avisaron de que, si le contaba algo de esto a alguien, matarían a mis hijos", ha añadido.

Logró recuperar sus posesiones a excepción del teléfono móvil y la cámara y, tras pasar por el hotel, los propios agresores le llevaron al aeropuerto, desde donde voló de vuelta a Moscú con una costilla fracturada.

"Estoy seguro de que, si quieren, las autoridades rusas podrían encontrarlos", ha declarado a Reuters, si bien Kozlovski no las tiene todas consigo. "Por supuesto, no sé si es su deseo", ha apostillado.

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