NUEVA YORK, 25 Jul. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, deseó hoy dejar claro al primer ministro iraquí, Nouri Al Maliki, que su Administración continuará brindándole apoyo pese a las crecientes críticas tanto en territorio norteamericano como iraquí a la intervención militar estadounidense y a pesar del fracaso plan de estabilización ideado por el político chií.
En rueda de prensa conjunta, el presidente Bush elogió la labor realizada por Al Maliki para contrarestar la oleada de violencia sectaria entre chiíes y suníes. En este sentido, los dos mandatarios discutieron hoy la probable puesta en marcha de un nuevo plan para pacificar y estabilizar Irak ante el fracaso del plan de seis semanas de Al Maliki.
El propio Bush manifestó que el primer ministro le había expresado su consternación ante las críticas que emanan desde Estados Unidos a la intervención y su preocupación ante un posible cambio de dirección en la Administración Bush, algo que el presidente estadounidense descartó, asegurando "que el Gobierno se mantiene firme junto al pueblo iraquí".
En este sentido, Bush señaló que si se lograba mejorar la situación en el conjunto de Irak sería factible enviar política militar estadounidense a reforzar las unidades ya presentes en la capital y contener de alguna forma la ola de atentados y violencia sectaria que llega a cobrarse la vida de cien personas al día.
CRISIS EN ORIENTE PRÓXIMO
La primera visita de Al Maliki a Washington coincide también con la ofensiva israelí contra las milicias de Hezbolá en Líbano. El líder iraquí reiteró con Bush a su lado en su comparecencia ante la prensa la necesidad del cese inmediato de las hostilidades entre Hezbolá y el Ejército israelí.
Al Maliki aprovechó además para hacer un llamamiento a la comunidad internacional y apoyar al Gobierno libanés, "apoyar al pueblo a superar el daño y la destrucción que ha sucedido". El enfrentamiento se prolonga ya por más de dos semanas y se ha cobrado la vida de más de 400 personas entre libaneses e israelíes.
Por su parte, Bush reiteró que continua manteniendo su posición de apoyar un alto el fuego únicamente si se dan las condiciones para una estabilidad a largo plazo, descartando un precipitado cese de la violencia que tan sólo pudiera traducirse en una falsa idea de pacificación y que tan sólo traería más violencia en el futuro.
