Irak.- Temor entre los iraquíes por una posible fuga de radiación en la abandonada central nuclear de Nínive

Actualizado: domingo, 16 noviembre 2008 15:27

MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

Expertos iraquíes están planteando la posibilidad de exista una fuga de radiación entre los restos de la inutilizada central nuclear de Edaya, en Nínive (a 400 kilómetros del norte de Bagdad), que podría afectar a las más de 10.000 personas que viven en los alrededores.

Según dos oficiales, la planta --construida a principios de 1980 por un conglomerado de compañías rusas y europeas para el Gobierno del entonces presidente Sadam Husein-- podría haber provocado un número indeterminado de casos de cáncer y deformidades en niños y adultos.

"Las autoridades sanitarias de esta provincia han registrado un gran número de deformidades entre recién nacidos y un importante número de cánceres entre adultos", declaró el gobernador de la provincia, Duraid Kashmola, a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN. "Se cree que la causa se debe a una fuga de radiación y contaminación procedente de la planta nuclear", añadió.

El pasado 23 de septiembre, equipos de seguridad iraquíes comenzaron a desmantelar y sepultar los restos de la central. "Esperamos terminar pronto el trabajo y, por lo tanto, contener cualquier tipo de radiación", añadió.

Sin embargo, el director del comité provincial de salud y medioambiente, Abdul Majid al Nuaimi, declaró que entre 10.000 y 12.000 personas podrían encontrarse en situación de riesgo y que es necesario contar con la intervención de la comunidad internacional.

"Los residentes tienen en su poder material contaminado de la planta: barriles, utensilios, tuberías, barras de acero y pertrechos sanitarios", declaró Al Nuaimi. "Además, nos tememos que la lluvia ácida haya podido incrementar la contaminación del suelo".

La central fue bombardeada por las fuerzas estadounidenses durante la guerra del Golfo de 1991. Equipos de descontaminación de Naciones Unidas sepultaron inicialmente los restos de la central, pero doce años después, durante el caos originado por la invasión de Irak en 2003, los materiales, todavía contaminados con uranio, fueron desenterrados y vendidos en el mercado negro.