En distintos episodios violentos mueren cuatro agentes iraquíes, mientras aparecen otros diez cadáveres torturados
BAGDAD, 8 Mar. (EP/AP) -
Tropas estadounidenses e iraquíes detuvieron hoy a ocho presuntos insurgentes en distintas redadas ejecutadas en el norte de Bagdad, enmarcadas dentro de la operación estratégica para devolver la seguridad a la capital iraquí. La operación tuvo lugar en Duluiyah y en la península Jabouri, a unos 90 kilómetros al norte de Bagdad.
Por su parte, el comandante estadounidense de las tropas en Irak, el general David Petraeus, explicó que la operación de seguridad para Bagdad sería extendida fuera de los límites del distrito de la capital hasta alcanzar "el añillo" alrededor de Bagdad. "La prioridad claramente es Bagdad, (pero) cualquiera que sepa sobre la seguridad en Bagdad sabe que tiene que hacer seguros los 'anillos de Bagdad', en otras palabras, las zonas que rodean Bagdad", explicó Petraeus a los periodistas en su primera rueda de prensa como número uno del mando militar en Irak.
Petraeus declinó comentar el tiempo que durará la operación en Bagdad, el suficiente para "alcanzar el efecto deseado", se limitó a explicar, y subrayó que todavía no ha decidido si solicitará un aumento más allá de los 21.500 soldados adicionales comprometidos por el presidente estadounidense, George W. Bush, incidiendo en que los últimos refuerzos militares están previstos para principios de junio.
Por su parte, fuerzas de seguridad iraquíes han instalado puestos de control en carreteras con destino a la ciudad santa de Kerbala, 80 kilómetros al sur de Bagdad, adonde miles de chiíes se dirigen para festejar el fin de los 40 días de luto por la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, mientras otros 10.000 agentes de Policía han sido desplegados en la ciudad para vigilar el desarrollo sin disturbios de la festividad chií, después de que en los últimos días fallecieran más de 170 peregrinos chiíes en distintos ataques.
Mientras, la Policía iraquí encontró hoy los cadáveres de diez iraquíes, todos con signos de haber sido torturados y posibles víctimas de los enfrentamientos confesionales entre chiíes y suníes, aunque muy por debajo de la media de entre 40 y 50 cuerpos que se encontraban a diario antes del plan de seguridad de Bagdad.
Asimismo, tres proyectiles de mortero alcanzaron las inmediaciones del aeropuerto internacional de la capital, sin causar víctimas, aunque sí daños materiales.
Por otra parte, un coche bomba explotó cerca de un puesto de control policial en Mosul, matando a dos policías e hiriendo a siete civiles, según informaron fuentes policiales.
Otros dos soldados iraquíes fueron abatidos durante un tiroteo desde un vehículo en Hawija, 240 kilómetros al norte de Bagdad, informó la Policía.
