JERUSALÉN, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Un ciudadano israelí, Benny Medvediev, nunca imaginó que su viaje de Mumbai a Estambul terminaría en el Aeropuerto Internacional de Teherán. Medvediev, de 32 años, era uno de los 125 pasajeros del avión de la aerolínea Turkish Airlines que tuvo que aterrizar el pasado viernes en la capital iraní para solventar un fallo técnico.
Dos horas después del despegue, el capitán informó al pasaje y a la tripulación de que deberían aterrizar en Teherán debido a un fallo técnico. Tras pasar varias horas en el aeropuerto, el aparato pudo despegar de nuevo, pero tuvo que regresar a Teherán poco después.
"Al principio estaba muy preocupado, temía a la muerte", afirmó Medvediev en declaraciones al diario israelí 'Yediot Aharonot'. "Sin embargo, fueron muy amables conmigo e incluso me invitaron a visitar Teherán de nuevo. Les respondí, 'hagamos la paz, le invito a venir a Jerusalén'", añadió.
"Cuando nos dijeron que íbamos a hacer un aterrizaje de emergencia en Teherán informé al piloto de que era israelí y les pedí que me dejaran en la cabina, pero se negaron", explicó.
"Era el único israelí del avión. Al principio, temí que me mataran. Como muchos israelíes, estoy en una unidad de combate en la reserva y no quería acabar como Ron Arad", indicó el israelí, en referencia al piloto de combate desaparecido cuando atacaba posiciones de la OLP en Líbano en 1986. Arad fue presuntamente entregado por la milicia libanesa Amal a Irán, donde parece ser que fue ejecutado.
"Me dijeron, 'sabemos que eres israelí, pero no tienes nada de qué preocuparte. Te ayudaremos con cualquier cosa que necesites'", explicó Medvediev.
Antes del segundo y definitivo despegue del vuelo, efectivos de la seguridad iraní le entregaron una caja de madera como regalo y recuerdo de su inusual visita.
