MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Mohamad Alí Yafari, ha recalcado este jueves que el reciente bombardeo contra una reunión de dirigentes del Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI) en territorio iraquí, que se saldó con al menos once muertos, supone "un mensaje" para los "enemigos del país".
"La reciente venganza de la Guardia Revolucionaria contra los terroristas supone un mensaje altamente significativo para los enemigos, particularmente aquellas superpotencias que piensan que pueden imponer sus complots malignos e intimidarnos", ha dicho.
Así, ha resaltado que el citado bombardeo es "un mensaje muy decisivo para todos los enemigos", antes de advertir a "aquellos que tengan fuerzas, bases y equipamiento en un radio de 2.000 kilómetros desde Irán", según ha informado la cadena de televisión local Press TV.
Las palabras de Alí Yafari llegan tres días después de que el secretario del Consejo de Seguridad Nacional Supremo de Irán, Alí Samjani, advirtiera de que Teherán dará una respuesta "diez veces mayor" a cualquier acción hostil que se lleve a cabo contra el país.
Por su parte, el jefe de las Fuerzas Armadas de Irán, Mohamad Baqeri, pidió el martes a las autoridades del vecino Irak que entreguen a los separatistas kurdos que se encuentran allí y cierren sus bases.
Irán, un país mayoritariamente chií, cuenta con unos diez millones de kurdos, en su mayoría suníes. Teherán acusa a su archienemigo Arabia Saudí de financiar a los grupos armados kurdos.
"Provocados por algunos países de la región y Estados Unidos (...) estos terroristas separatistas realizaron algunas operaciones dentro de Irán (...) tales medidas son inaceptables para Irán", defendió Baqeri. "Las autoridades del Kurdistán iraquí han intentado repetidamente detenerles pero el grupo estaba provocado por otros", denunció.
El PDKI niega recibir apoyo saudí y dice que los kurdos se han visto obligados a tomar las armas porque no tienen alternativa para garantizar sus derechos políticos.
La mayoría de los kurdos iraníes viven en la región de Kurdistán, situada en el noroeste del país, junto a la frontera con Irak. Se trata de una de la regiones más activas en términos políticos y donde apenas se permiten las discrepancias.
