Al menos 250 muertos este sábado en una nueva jornada de violencia
BEIRUT, 2 Mar. (Reuters/EP) -
El Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) ha desmentido cualquier relación con el atentado suicida en el que murió el pasado domingo uno de los comandantes del grupo salafista Ahrar al Sham, Abú Jaled al Soury, amigo personal del líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri.
Dos días después del atentado contra Al Soury, el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en el país, advirtió al ISIS de que debían aceptar la mediación de religiosos islámicos en un plazo de cinco días para poner fin a los enfrentamientos intestinos entre gupos yihadistas o, de lo contrario, habría una guerra.
"No hemos ordenado la muerte de Abú Jaled ni nos la ordenaron. No teníamos absolutamente ninguna relación con la zona en la que estaba", señala el ISIS en un comunicado fechado el sábado y publicado en foros yihadistas.
Sin embargo, han rechazado cualquier mediación. "Reafirmamos que las decisiones y posturas del Estado Islámico solo responden a nuestro líder (...) (Abú Bakr) Al Baghdadi, que Alá le asista, y del Consejo de la Shura y no de ningún religioso o soldado en particular", argumenta.
Fuentes rebeldes informaron de que cinco milicianos del ISIS entraron en la sede de Ahrar al Sham en Alepo el domingo, atacaron a los guardias y uno de ellos se inmoló detonando la carga explosiva que transportaba. Abú Jaled, nacido en Alepo, ha estado en Irak y Afganistán y fue enviado a Siria para intentar poner fin a los enfrentamientos entre los distintos grupos armados yihadistas.
Mientras, continúa la violencia en distintos puntos del país. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha informado de la muerte el sábado de 13 personas, incluido un niño, en bombardeos de la aviación del régimen del presidente sirio Bashar al Assad sobre la localidad de Kafar Tajarim, en Idlib (noroeste).
En su balance, el Observatorio informa de 250 muertos en todo el país durante la jornada del sábado, entre milicianos, soldados y civiles. En los tres años de conflicto ya han muerto más de 140.000 personas, según su recuento.
