Se abre una polémica por la petición de retirar el crucifijo de los lugares de votación.
ROMA, 9 Abr. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) - .
La afluencia a las urnas en las elecciones generales italianas era del 52,1 por ciento a las 19:00 horas, según los datos del Ministerio de Interior, alcanzando casi la crifa del 59 por ciento de 2001, cuando se votó sólo un día.
Las urnas se abrieron hoy a las 8:00 horas y se cerrarán a las 22:00 y mañana volverán a abrise a las 8:00 para cerrarse a las 15:00 hroas. En el año 2001, la afluencia total fue del 81,4 por ciento.
Sólo en la capital italiana, Roma, la afluencia es mayor que en 2001, con el 52,8 por ciento, y la ciudad en la que más afluencia a las urnas se ha registrado hasta el momento fue Bolonia con el 64,6 por ciento. En la que se votó menos es Enna (Sicilia) con el 34,4 por ciento.
El único incidente por el momento fue el estallido de tres cóckteles molotov esta madrugada contra las paredes de la escuela Vittorio Veneto (Treviso), sede de un colegio electoral, junto al que se encontraron panfletos contra ambas coaliciones de inspiración anárquica y un artefacto explosivo, que según los investigadores había sido colocado para provocar víctimas.
En el resto de la jornada electoral, se abrió la polémica debido a que algunos presidentes de los colegios electorales pidieron, y en algunos de los casos se obtuvo, la retirada del crucifijo de las aulas donde se votaba, argumentando que Italia es un país laico.
En Fornole, en la provincia de Terni (centro de Italia), el presidente del colegio electoral retiró el curcifijo, lo que provocó las protestas de los observadores de los partidos del centro derecha. También un jubilado de Cornuda, Treviso, en el norte del país, pidió que se retiraran los símbolos religiosos. Mientras que un elector de Senigallia, en la provincia de Ancona (centro este) pidió que se retirase el crucifijo y ante la negativa del presidente decidió no votar y escribirlo en el registro.
Estos episodios ha levantado las reacciones de los miembros del centro derecha que han comentado que la retirada del crucifijo "es una ofensa intolerable a todo el pueblo italiano", como señaló el coordinador de Forza Italia, Sandro Bondi.
