ROMA, 21 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El Gobierno italiano no indemnizará a la familia real de los Saboya, que han pedido un resarcimiento de 260 millones de euros por los daños morales sufridos a raíz del exilio al que fueron sometidos tras el nacimiento de la República italiana, en 1946 y hasta el año 2002.
El Ejecutivo de Roma manifestó su negativa a través del secretario general de la Presidencia del Consejo de Ministros, Carlo Malinconico, quien aseguró a los medios locales que Italia no sólo no debe pagar ninguna indemnización a la antigua familia real sino que le tendría que pedir responsabilidades por su apoyo a la dictadura fascista de Mussolini.
Victorio Emanuele de Saboya y su hijo Emanuele Filiberto han enviado recientemente una carta al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y al primer ministro, Romano Prodi, en la que además de pedir un cuantioso resarcimiento por daños morales reclaman la devolución de los bienes confiscados por el Estado en 1946, entre los que destaca el Palacio del Quirinale, sede actual de la Presidencia de la República.
El motivo principal de su reivindicación es la violación de los derechos fundamentales del hombre establecidos por la Convención Europea en las personas de Victorio Emanuele, que vivió 56 años en el exilio, y Emanuele Filiberto, que vivió 30.
En una carta hecha pública hoy, Emanuele Filiberto explicó los motivos que les han llevado a tomar esta "difícil" decisión. "Todo empezó en junio de 1946", cuando su familia fue obligada a irse de Italia, "dejándolo todo el mismo (país) que se convirtió en una Patria Unida gracias a mi familia, el mismo (país) que nos ha condenado a una existencia de ciudadanos desiguales".
Los Saboya fueron "privados de todos los derechos civiles", que van desde la "ciudadanía" hasta "los derechos electorales, el derecho a la propiedad, a la libertad de expresión y de circulación en el propio territorio nacional", detalló.
En cuanto a la respuesta del Gobierno italiano, el portavoz de la familia consideró que ésta procede más del "enojo" que de un "análisis sereno de la situación", según publicaron hoy los medios italianos.
Las nuevas pretensiones de la antigua familia real italiana provocaron la inmediata reacción del mundo de la política, desde donde se calificó su gesto de "innoble" e "infundado", mientras que, según un sondeo realizado por la cadena de televisión 'Sky', nueve de cada diez ciudadanos apoya la negativa del Gobierno a resarcirles.
