ROMA, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
Miles de vecinos de la localidad italiana de L'Aquila penetraron este domingo en el desierto casco histórico de la ciudad, devastada por un terremoto el pasado 6 de abril, para protestar por la lentitud de la reconstrucción. Los vecinos, que tienen vetada la entrada a la 'zona roja', colgaron las llaves de sus casas en las verjas que impedían el acceso al centro como gesto simbólico de protesta.
"Entiendo la ira y la rabia y las comparto. No pueden gestionar 4 millones de toneladas con la normativa de residuos sólidos y urbanos: es una locura. El alcalde no puede hacerse cargo de este problema; el Gobierno tiene que echarnos una mano", afirmó el alcalde de la ciudad, Massimo Cialente, en declaraciones difundidas por la web informativa La Voce d'Italia.
La Policía decidió no intervenir e impedir el paso a la zona más afectada por el seísmo a petición de los propios manifestantes. A la protesta de la semana pasada no acudieron los políticos, pero este domingo estaban presentes, además de Cialente, la presidenta de la Provincia dell'Aquila, Stefania Pezzopane.