FLORENCIA, 17 Nov. (Reuters/EP) -
Representantes de la región italiana de la Toscana y de la isla de Giglio han afirmado este lunes que pedirán una indemnización de 220 millones de euros por los daños causados por el hundimiento en 2012 del Costa Concordia, según fuentes oficiales de la localidad.
"Pediremos a Costa (la empresa) 30 millones de euros por dañar la imagen de la Toscana", ha afirmado el presidente de la región, Enrico Rossi, frente al tribunal en la ciudad de Grosseto. Rossi también ha añadido que la región ha registrado una caída del turismo y que la isla de Giglio ha perdido 45.000 visitantes debido al desastre del crucero.
"Reconstruir la imagen de la Toscana como uno de los principales destinos turísticos va a llevar años de trabajo, inversiones sustanciales y un alto coste de campañas publicitarias tanto nacionales como internacionales", ha continuado Rossi.
Por su parte, un consultor del Gobierno local de Giglio, Carlo Scarpa, ha pedido al mismo tribunal 190 millones de euros por daños y perjuicios, la mayoría de ellos relacionados con manchar la imagen de la isla, de acuerdo con una fuente presente durante el proceso judicial.
Los dos funcionarios han hablado durante el juicio contra el capitán del Costa Concorcia, Francesco Schettino, que está siendo juzgado por varios cargos, entre ellos, homicidio involuntario, provocación del naufragio y abandono del barco.
Las fuentes involucradas en el caso han afirmado que el veredicto del tribunal se hará público durante los primeros meses del próximo año.
Cruceros Costa evitó un juicio criminal con el acuerdo del pago de una fianza de un millón de euros al Estado italiano, pero las víctimas y las administraciones locales quieren cobrar las indemnizaciones por separado.
Poco después del naufragio en enero de 2012, Cruceros Costa también acordó el pago de cerca de 11.000 euros a cada uno de los más de 3.000 pasajeros que no sufrieron daños físicos por objetos perdidos y daño psicológico.
EL SUCESO
El Costa Concordia llevaba más de 4.000 personas a bordo, entre pasajeros y tripulación, cuando se golpeó con las rocas frente a la isla de Giglio, en la Toscana, y volcó, acabando con la vida de 32 personas.
El barco permaneció parcialmente hundido cerca del puerto de la isla durante más de dos años antes de que lo sacaran a la superficie y lo remolcaran hasta la costa este verano en una de las operaciones marítimas más largas y complejas que se recuerdan.
