Japón.- El Gobierno rechazará modificar la ley de sucesión al trono y permitir el acceso a las mujeres, según prensa

Actualizado: miércoles, 3 enero 2007 21:51

TOKIO, 3 Ene. (EP/AP) -

Japón dejará de lado sus planes para permitir que las mujeres hereden el Trono del Crisantemo después del nacimiento del tan esperado heredero varón, según informó hoy un diario.

Según el 'Sankei Shimbun', el primer ministro japonés, Shinzo Abe, tiene previsto rechazar las recomendaciones de un grupo de expertos, formuladas en el año 2005, de que el primogénito del emperador --sea niño o niña-- pueda acceder al trono.

La reforma había sido propuesta para resolver la crisis que se cernía sobre la familia real, que no había tenido descendencia masculina en cuatro décadas.

Sin embargo, la gestión, encabezada por el ex primer ministro Junichiro Koziumi, perdió fuerza después del 6 de septiembre, día en que la princesa Kiko, esposa del segundo hijo del emperador, diera a luz al príncipe Hisahito.

Ahora, Abe planea alentar un debate sobre otras formas para lograr una sucesión imperial más estable, informó el diario, citando fuentes gubernamentales no identificadas.

El actual mandatario, considerado más conservador que Koizumi, se ha mostrado reacio en repetidas ocasiones a cambiar la Ley Imperial de Japón, que data de 1947, según la cual sólo pueden reinar como monarcas varones.

Un cambio en la ley que permitiría tener monarcas mujeres habría colocado a la princesa Aiko --la única hija del príncipe Naruhito y su esposa, Masako-- segunda en la línea de ascensión al trono.

Pero el plan provocó un acalorada controversia entre muchos políticos y eruditos, quienes arguyeron que terminarían siglos de tradición. Opositores incluso sugirieron que debía volver a recurrirse a concubinas para concebir descendientes varones para aumentar el número de candidatos al trono.

Pese al nacimiento de Hisahito, recientes encuestas de opinión muestran que el público aún apoya la idea de una emperatriz en el trono. La familia imperial, cuyas raíces datan de hace 1.500 años, es altamente reverenciada en Japón aunque desempeña un papel en gran medida simbólico sin poder político alguno.