Kim Jong pone los ojos en su hijo menor para sucederle en el poder de Corea del Norte

Actualizado: martes, 2 junio 2009 11:24

SEÚL, 2 Jun. (Reuters/EP) -

El dirigente norcoreano, Kim Jong Il, pidió ayer a una facción del Ejército desplegada en el extranjero que jure lealtad a su hijo menor, un gesto que demuestra que Kim ha puesto los ojos en su su tercer hijo para designarle como el próximo gobernante del régimen comunista.

Desde que Estados Unidos y otras fuentes extranjeras apuntaran el pasado mes de agosto que Kim, de 67 años, sufrió un derrame cerebral, cada vez se ha especulado más con que el momento de la sucesión en el poder de Corea del Norte se aproximaba. Asimismo, varios analistas han asegurado que las recientes acciones militares de Corea del Norte, incluido el ensayo nuclear que llevó a cabo la semana pasada, podrían estar dirigidas a consolidar su poder para nombrar un sucesor y continuar así la dinastía familiar que ha dirigido el país desde su fundación.

"Se ha confirmado a través de varios canales que Corea del Norte informó mediante correos electrónicos a las misiones del Ejército en el extranjero, haciéndoles jurar lealtad a (su hijo menor) Kim Jong Un", indicó el diario surcoreano Dong-A Ilbo, citando a fuentes cercanas al caso.

Muchos analistas han adelantado que la sucesión es uno de los secretos mejor guardados en la reclusiva Corea del Norte y que los planes de Kim tan sólo los comparte con una pequeña camarilla del poder.

El citado rotativo citó a otra fuente que indicó que "Kim está entrenando a oficiales de alto rango en materia de seguridad con especial importancia de la sucesión padre-hijo sobre tres generaciones".

KIM JONG UN

Kim, que durante décadas recibió preparación para tomar el poder del país de manos de su padre y fundador del Estado, Kim Il Sung, tiene tres hijos aunque son desconocidos para gran parte de los norcoreanos.

Jong Un, que nació en 1983 o a comienzos de 1984, fue educado en Suiza y, según fuentes de inteligencia, es el más preparado de los tres hermanos para suceder al dirigente de 67 años.

Incluso, para los opacos estándares de Corea del Norte, muy poco se sabe sobre el hijo, cuya juventud también es un problema potencial en una sociedad que concede más credibilidad a las personas de edad avanzada.