Los kurdos sirios denuncian la muerte de sus combatientes por la pasividad de la Policía de fronteras turca

Actualizado: jueves, 2 julio 2015 17:30

Los kurdos denuncian detenciones arbitrarias y estancias forzadas en campos de confinamiento

SURUC (TURQUÍA), 14 Oct. (Reuters/EP) -

Diversos activistas kurdos han denunciado que en los últimos días varios kurdos sirios han muerto en la frontera con Turquía ante la negativa de la guardia fronteriza a abrir los pasos para llevar a los combatientes heridos hasta los hospitales del país vecino.

El activista kurdo, Blesa Omar, ha explicado que tuvo que cargar con los cuerpos de tres camaradas heridos en los combates contra el Estado Islámico hasta la frontera para llevarles a un hospital en Turquía. Según ha contado Omar, una vez en el cruce, la Policía de frontera les impidió el paso durante cuatro horas, por lo que los tres heridos fallecieron.

"Para mí está claro que murieron porque esperaron mucho", ha denunciado el activista. "Si hubieran recibido ayuda, incluso una hora antes de morir, podrían haber vivido", ha asegurado Omar, un kurdo de 34 años procedente de Irak y con nacionalidad sueca.

Omar ha descrito la actuación de las autoridades como "un caos total, una catástrofe". "Una vez que los soldados se dieron cuenta de que estaban muertos dijeron: 'Ahora puedes cruzar la frontera con los cuerpos'", ha puntualizado.

Doctores, parlamentarios, conductores de ambulancia, guardias de seguridad, abogados y activistas también han relato situaciones parecidas en el paso fronterizo de Mursitpinar, donde los kurdos tuvieron que esperar horas hasta poder cruzar. Según los testigos, varios heridos de bala, que podrían haberse salvado con la atención adecuada, sangraron hasta morir.

"Hemos tenido dificultades en el paso fronterizo y varias personas no fueron llevadas al hospital a tiempo, debido a obstáculos salvables", explicó el pasado 12 de octubre Ibrahim Ayhan, un diputado kurdo del Partido Democrático del Pueblo. "Por estos retrasos, doce personas han perdido la vida", ha añadido.

Las autoridades turcas han citado el riesgo para la seguridad o la falta de permiso como los motivos que les llevaron a retrasar la apertura de la frontera durante cinco horas.

Unos 70 doctores de Turquía y Europa han ido a Suruc para ayudar a tratar a los heridos. Adnan Amir, un endocrino de Stuttgart nacido en Siria, ha confirmado que ha visto diez muertes, incluidos civiles, a causa del cierre de las fronteras entre el 9 y el 10 de octubre.

Otro doctor en Suruc ha contado que vio un total de trece combatientes muertos y ha asegurado que tuvieron obstáculos para llegar al hospital. "Nos enfrentamos a insultos cuando vamos a recogerlos", ha lamentado, aunque sostiene que la situación ha mejorado en los últimos días.

HOSPITALES SATURADOS

A pesar de los retrasos, decenas de combatientes han recibido tratamientos en el saturado hospital de Suruc y en otras ciudades. Turquía ha desmentido las acusaciones y ha incidido en que su personal sanitario ha tratado a 600 o más refugiados de entre los 200.000 que han huido de Kobani desde el 19 de septiembre.

La agencia de reconstrucción turca AFAD informó el lunes de que había gastado 23 millones de liras (unos ocho millones de euros) en comida, medicinas, tiendas de campaña y otra ayuda humanitaria para los ciudadanos de Kobani que huyen del Estado Islámico. Sin embargo, Turquía no ha querido unirse a la coalición dirigida por Estados Unidos para luchar contra el Estado Islámico.

DETENCIONES ARBITRARIAS

Los kurdos de Kobani han condenado la actitud de Turquía y han manifestado su oposición a su postura y al bombardeo turco contra los milicianos kurdos. Ante las acusaciones, Ankara ha defendido que ha sido generosa con esta minoría y ha alegado que ha acogido a 200.000 refugiados que huían del avance del Estado Islámico en Kobani.

No obstante, el Gobierno turco se muestra receloso ante los kurdos sirios por sus estrechas relaciones con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que Turquía considera grupo terrorista. Unos 200 rebeldes del PKK están luchando en Kobani junto a los sirios kurdos.

Los kurdos refugiados en Turquía han denunciado intimidación y detenciones arbitrarios en los albergues turcos. El pasado 5 de octubre se produjo la detención sin cargos de 250 civiles, entre los que había mujeres y niños.

Muchos han sido liberados este martes después de que el diputado Ayhan y parlamentarios se unieran a las protestas de los refugiados. Sin embargo, cerca de cien kurdos siguen encarcelados en una cancha de baloncesto de un complejo deportivo en las inmediaciones de Suruc, una localidad turca cercana a la frontera con Turquía.

El periodista sirio Perwer Mohammed Ali, que se encuentra entre los detenidos en Suruc, ha descrito a Reuters el confinamiento como "una mala vida" y ha asegurado que volverá a Kobani tras su liberación, a pesar de la presencia del Estado Islámico. "Después de esto, es mejor estar en Kobani que ser un refugiado kurdo aquí", ha señalado.

Emma Sinclair-Webb, de Human Rights Watch, ha intentado visitar a los detenidos en Suruc pero se le ha negado la entrada. "Mientras estoy feliz de ver la liberación de algunos de los detenidos, todavía tenemos preocupaciones sobre la detención arbitraria", ha dicho Sinclair-Webb. "Esto es un abuso de los Derechos Humanos", ha subrayado.

El diputado Ayhan, presente cuando los sirios fueron detenidos en la frontera, ha descrito el confinamiento como "una especie de campo de concentración para castigar" a los kurdos.

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