ROMA, 25 Ago. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -
El ex presidente del Gobierno italiano y líder de la oposición, Silvio Berlusconi, afirmó hoy que la participación italiana en la fuerza internacional destinada al sur de Líbano tendría que estar compuesta por entre 1.000 y 1.200 hombres y calificó de "increíble" la propuesta del Gobierno de enviar 3.000 soldados.
"El envío de 3.000 soldados me parece increíble en relación a los cerca de 15.000 hombres que se piensa tendrá la misión. Italia participa con el 7% en la OTAN y con el 5% en Naciones Unidas por lo que nuestra participación tendría que ser de entre 1.000 y 1.200 hombres", explicó Berlusconi.
Aunque la oposición parece inclinada a apoyar la decisión del Gobierno italiano de participar en la misión en Líbano, el número de las tropas que Italia quiere mandar a la misión podría suponer un problema ya que el jefe del Ejecutivo, Romano Prodi, y sus ministros hablan de 3.000 hombres y los números de la misión tendrán que ser aprobados en el Parlamento.
Berlusconi añadió también que "la misión de la ONU tiene que ser clara y que los soldados de la fuerza internacional tendrán que desarmar a Hezbolá, porque sin el desarme no se resolverá nada". Sobre este tema, el ministro de Exteriores italiano, Massimo D'Alema, ya precisó que la misión de desarmar a Hezbolá estaría en manos del Ejercito libanés.
Por otra parte, el líder de Forza Italia reapareció hoy después de sus vacaciones en el mitin del movimiento eclesiástico Comunión y Liberación y durante su intervención explicó que la mitad de los italianos le "detesta" y la otra mitad "le apoya y quizá también le ama" por lo que añadió: "Estoy condenado a continuar mi desempeño en política".
"Visto que estamos en un momento donde no existe la posibilidad de contar con un líder que mantenga unidas todas las fuerzas del centro derecha, pienso que tendré que seguir con la política por la mitad de los italianos que me apoya", añadió.
Por otra parte, respecto a la petición del Gobierno de Prodi de descender a cinco los años para que un extranjero pueda obtener la ciudadanía italiana, Berlusconi se mostró contrario y afirmó que "Italia tiene que ser católica y de los italianos". "Los inmigrantes en nuestro país tienen que respetar nuestras reglas, nuestras leyes y tradiciones, como hace un huésped que llega anuestra casa", comentó.
