BEIRUT, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Salud libanés, Mohammed Jawad Jalifa, uno de los cinco miembros del Gobierno que ayer dimitieron, justificó a la cadena británica BBC su salida del Ejecutivo por la falta de diálogo y consultas en el seno del Parlamento, donde la mayoría anti siria controla el poder Legislativo.
"Nuestra dimisión es resultado de la no reanudación del diálogo. Ya no hay consultas y existen diferencias, de forma que las cosas tocan a su final", admitió Jalifa.
En este sentido, aseguró que el Gobierno actual no refleja los cambios recientes en el panorama político libanés y, en este sentido, incidió "alguien tiene que asumir la responsabilidad". "¿Qué pasará cuando lleguemos a un punto muerto?", espetó.
"Para allanar el camino a que la mayoría lleve a cabo lo que quiere y para que no escondamos aquello sobre lo que no estamos convencidos, anunciamos la dimisión de nuestros representantes en el actual Gabinete", reza un comunicado conjunto de Hezbolá y Amal.
Los cinco ministros chiíes del Ejecutivo libanés pro sirios, incluidos dos miembros de Hezbolá y dos de su partido aliado Amal, se mantienen fieles a su decisión de dimitir, según confirmó Hezbolá, a pesar de que el primer ministro Fuad Siniora, se niega a aceptar esta estampida en masa de su Gobierno, a dos días de que el Ejecutivo se pronuncie sobre un borrador de resolución de la ONU para establecer un Tribunal que investigue la muerte, el pasado febrero de 2005, del entonces primer ministro Rafik Hariri.
Por su parte, la dimisión de los titulares de Asuntos Exteriores, Agricultura, Salud, Energía y Trabajo, no es suficiente para derrocar al Gobierno, ya que habrían hecho falta, al menos, tres dimisiones más.
La dimisión se produjo después de que los partidos políticos no llegaran ayer a un acuerdo para remodelar el Ejecutivo, después de que Hezbolá solicitara más carteras ministeriales además de poder de veto, algo a lo que se opuso la mayoría parlamentaria, a cambio de su apoyo a la creación de dicho Tribunal. En este sentido, aún no se ha fijado nueva fecha para reanudar las negociaciones.
Según los medios libaneses, la mayoría parlamentaria dirigida por Saad, el hijo de Hariri, concedería un mayor número de puestos ministeriales a Hezbolá y a sus aliados, junto con un poder de veto efectivo sobre decisiones clave, a cambio de la aprobación del borrador, pero los aliados de Hariri se han negado en rotundidad a aprobar este tipo de negociaciones.
"El tribunal internacional es una cuestión moral, no un tema político; y la sangre de Rafik Hariri no será vendida en ninguna mesa de negociaciones", afirmó el ministro de Telecomunicaciones, Marwan Hamadeh, antes de entrar en la reunión.
La mayoría anti-siria, opuesta a Hezbolá, aceptó el principio de formación de un Gobierno de unidad nacional, pero rechazó dar a las milicias chiíes el control de un tercio de las carteras del Gobierno, lo que daría a Hasan Nasralá el derecho efectivo de veto.
