BEIRUT, 10 Jun. (EP/AP) -
Los disparos esporádicos y el bombardeo de artillería son una jornada habituales en el campamento de refugiados palestinos de Nahr el Bared, cerca de Trípoli, en el norte de Líbano, un recito cercado por el Ejército libanés, que trata de acabar con la resistencia de la milicia de Al Fatá al Islam, un grupo radical inspirado en Al Qaeda.
Ayer el Ejército libanés inició la ofensiva más importante contra Al Fatá al Islam, con carros de combate y fuego de artillería, desde que pusiera cerco al campamento el pasado 1 de junio.
Un alto oficial militar libanés informó bajo condición de anonimato de que durante los combates de ayer fallecieron once soldados libaneses y otros cuarenta resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad. Hasta ahora la cifra oficial era de cinco muertos y quince heridos. En total, son ya 58 los soldados libaneses muertos en el asalto de Nahr el Bared.
Hoy domingo, el Ejército volvió a abrir al tráfico la carretera que comunica Trípoli con la provincia de Akkar y la frontera siria. La vía fue cortada ayer sábado.
Mientras, la Media Luna Roja Palestina aprovechó la relativa calma para evacuar a al menos cincuenta civiles del campamento. También logró extraer dos cuerpos que permanecían bajo los escombros de uno de los edificios del campamento.
En un comunicado hecho público ayer, el Ejército anunciaba la toma de varios edificios del interior del campamento que limpió de minas y explosivos. "Las tropas siguen estrechando el cerco sobre los milicianos para obligarles a abandonar sus armas y rendirse", explica el comunicado.
Un comandante de la milicia de Al Fatá al Islam, sin embargo, negó que el Ejército haya logrado avance alguno y afirmó que los combatientes mantienen sus posiciones.
