BEIRUT, 25 Mar. (Reuters/EP) -
Líbano pospuso ayer para el 22 de abril la elección del presidente del país, que estaba prevista para el 25 de marzo, en el que supone el decimoséptimo retraso de esta cita parlamentaria como consecuencia de una profunda crisis política.
Este retraso, anunciado por el portavoz del Parlamento, Nabih Berri, significa que no habrá un presidente libanés en la cumbre de la Liga Árabe que se llevará a cabo durante el 29 y el 30 de marzo en Damasco.
Las divisiones de los países árabes respecto a Líbano ya han tenido consecuencias con Arabia Saudí, que anunció a primera hora de hoy que enviaría una delegación de bajo nivel a esta cumbre anual.
La crisis política de Líbano es la peor desde la guerra civil que se produjo entre 1975 y 1990. Esta nueva crisis ha paralizado el Gobierno, dejando la Presidencia vacante desde noviembre pasado y conduciendo a una violencia sectaria mortal.
Esto ha tensado también las relaciones entre Siria y Arabia Saudí, que vuelven a posturas enfrentadas en el conflicto. Arabia Saudí apoya al Gobierno de coalición de Beirut, que está respaldado por Estados Unidos y Francia, mientras que Siria y su aliado Irán apoyan a la oposición, liderada por Hezbolá.
Los grupos rivales libaneses se han mostrado de acuerdo con que el jefe del Ejército, general Michael Suleiman, debería ocupar la presidencia, pero su confirmación por el Parlamento ha sido retrasada por una disputa sobre la composición que debería tener el Consejo de Ministros después de su elección.
El Parlamento no puede reunirse para elegir presidente a menos que se produzca un acuerdo entre los grupos rivales que aseguren el quórum necesario para la votación.
