BEIRUT, 4 Abr. (Reuters/EP) -
La fiscalía militar de Líbano ha presentado cargos contra dos milicianos sospechosos de pertenecer a un grupo rebelde sirio vinculado a Al Qaeda, según fuentes judiciales.
La operación se enmarca en el intento por acabar con grupos armados islamistas, formados por la población suní, que han atacado al Ejército en varias ocasiones durante este año, incluyendo un atentado suicida a un puesto de control en el que tres soldados perdieron la vida.
Los ataques están relacionados con la acusación de que el Gobierno libanés está dominado por Hezbolá, grupo armado chií que ayuda al presidente sirio, Bashar al Assad, a combatir a los rebeldes suníes en el país vecino.
Los dos detenidos, junto a seis fugitivos, han sido acusados de pertenecer al Frente al Nusra, vinculado a Al Qaeda, que ha extendido su actividad desde Siria a Líbano, según fuentes judiciales.
Los dos detenidos han sido acusados también de haber atacado al Ejército en la ciudad costera de Trípoli.
Los recuerdos de la guerra civil siguen muy presentes en Líbano. Los líderes del país, que funciona con un sistema político proporcional, han trabajado hasta ahora para rebajar la tensión entre los diferentes grupos de la población, lo que ha conseguido mantener la paz desde 1990.
Para algunos miembros de la comunidad suní, lo que comenzó como un historial de odio entre suníes y chiíes se ha extendido hacia el Ejército y el Gobierno por la intervención de Damasco en los asuntos de Líbano y su relación con Hezbolá, organización muy presente en el aparato de seguridad.
El líder miliciano y clérigo suní Ahmed al Asir llamó el mes pasado a los militares suníes a desertar del Ejército, en el que hay soldados procedentes de todas las comunidades del país.
Esta semana el Ejército registró casas de milicianos en Trípoli, lo que ha indignado a los suníes más radicales. Las fuerzas de seguridad también intentaron detener al predicador suní Omar Bakri, que logró huir, según fuentes oficiales.
