Los líderes religiosos llaman a la unidad entre chiíes y suníes para evitar un guerra civil en Irak

Actualizado: viernes, 24 febrero 2006 21:52


BAGDAD, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades iraquíes decretaron hoy un toque de queda y los líderes religiosos hicieron un llamamiento a la unidad entre chiíes y suníes con el objetivo de evitar que el país se vea envuelto en una guerra civil tras la ola de violencia provocada por la destrucción, el pasado miércoles, de la cúpula del mausoleo chií de Askariya en Samarra, que hasta la fecha ha causado cerca de 130 muertos. Las medidas no han impedido nuevos asesinatos y secuestros a lo largo del día en Latifiya --en el 'Triángulo de la muerte' suní--, Basora o la propia Samarra.

La Policía y los soldados bloquearon las principales carreteras y el acceso a los alrededores de las dos principales mezquitas suníes de Bagdad. Las calles de la ciudad, de siete millones de habitantes, despertaron hoy vacías de gente y de tráfico.

Pese al toque de queda, una gran multitud asistió hoy a la oración del viernes en la mezquita Abu Hanifa de Bagdad, el lugar sagrado más importante para los suníes. En este templo, el imán Ahmed Hasan al-Taha denunció el ataque contra el santuario de Askariya, en Samarra, que definió como una conspiración para arrastrar a los iraquíes a una lucha entre facciones religiosas.

Mientras, los habitantes de Samarra (a unos 95 kilómetros al norte de Bagdad) han sido advertidos para que permanezcan en el interior de sus casas "hasta nuevo aviso". Muchos de ellos tenían previsto acudir a las oraciones conjuntas suníes y chiíes en el mausoleo de Askariya, cuya cúpula dorada ha quedado reducida a cascotes a causa del atentado con explosivos del miércoles.

Desde que se produjo el "sacrilegio" de Samarra, decenas de mezquitas suníes han sufrido ataques en todo el país y varias fueron incendiadas. En una inusual intervención, la mayor autoridad religiosa suní, la Asociación de Estudiosos Musulmanes, acusó hoy al líder supremo religioso chií de Irak, el gran ayatolá Alí al-Sistani, de fomentar la violencia.

No obstante, un representante del propio Sistani abogó hoy por la celebración de una oración conjunta con los suníes ante las más de 10.000 personas que convergieron hoy en la mezquita Al-Adilá, de Basora, en el sur del país, una región abrumadoramente chií.

En el mismo sentido, el líder del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, Abdulaziz al Hakim, el líder político chií más influyente del país, hizo un llamamiento en favor de la unidad de chiíes y suníes y condenó el asesinato de iraquíes, en un intento por apaciguar la situación y alejar el fantasma de la guerra civil.

En una declaración, Al Hakim afirmó que los que perpetraron el atentado con bomba en la mezquita de Askariya "no representan a los suníes en Irak" y responsabilizó de ello a los fieles al ex presidente Sadam Husein y a los seguidores del líder Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqaui.

"Tenemos que estar unidos para eliminarles", aseveró. "Es lamentable que las cosas hayan llegado al grado de que los suníes y los chiíes están pagando por los crímenes cometidos por el enemigo del Islam y los iraquíes", afirmó. "Esto es para lo que está trabajando Al Zarqaui, para prender las disputas sectarias en el país", agregó.

Ayer, el popular y radical clérigo chií Moqtada Sadr hizo también un llamamiento a la calma. "La ocupación está sembrando la sedición entre nosotros", manifestó. "No permitáis que estos hechos debiliten vuestra determinación, unidad y solidaridad", anotó.

TOQUE DE QUEDA Y VIOLENCIA

La televisión iraquí anunció anoche una inusual prolongación del toque de queda hasta las 16:00 horas de hoy en Bagdad (14:00, hora peninsular española) y otras tres provincias limítrofes: Diyala, Babilonia y Salaedín (donde se encuentra Samarra).

Estas medidas extraordinarias han servido para calmar los ánimos, pero no para eliminar la violencia. El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshyar Zebari, declaró hoy a la BBC que "éste es el desafío más serio a la estabilidad del país". "Debemos contenerlo y evitar que se convierta en una guerra generalizada", agregó.

Pese al toque de queda, varios hombres armados irrumpieron a primera hora de la mañana en una vivienda de la localidad de Latifiya --a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad-- y asesinaron a cinco chiíes, según informó un oficial del Ejército iraquí, indicó el capitán Ibrahim Abdulá. En la casa residían dos docenas de chiíes.

Los asaltantes separaron a hombres y mujeres y a continuación abrieron fuego, según esta fuente. Latifiya se encuentra en la zona conocida como el 'Triángulo de la muerte' en la que la insurgencia suní está muy activa.

En la propia Samarra, dos policías iraquíes murieron hoy por la explosión de una bomba colocada junto a la carretera al paso de una patrulla, según informaron fuentes policiales. El artefacto explotó justo diez minutos después de que expirase el toque de queda. La patrulla abrió fuego tras el atentado, e hirió a un hombre y a su mujer que conducían un vehículo junto a la escena del crimen, explicó el capitán de Policía Laith Mohamed.

En Basora, donde el toque de queda no entró en efecto, un grupo de hombres armados secuestró a los tres hijos de un diputado chií, Qasim Attiyah al Jbouri. Sadeq, un niño de 11 años, y Asma y Altaf, dos niñas de 9 y 7 años, fueron liberados cuatro horas más tarde. De momento no está claro si estos secuestros fueron por causas políticas o simplemente por cobrar un rescate.

Al Jbouri, miembro del Partido Islámico al Dawa-Organización Irak, fue director del consejo provincial de Basora y compitió en las elecciones parlamentarias del pasado 15 de diciembre en las listas de la Alianza Unida Iraquí chií, que cuenta con el mayor número de escaños en la Cámara.

También en Basora, la Policía encontró hoy los cuerpos, con señales de disparos, de dos escoltas del Servicio Suní de Donativos, un organismo del Gobierno encargado del cuidado de las mezquitas y santuarios suníes.

En la ciudad de Birtilla (norte), donde tampoco se impuso el toque de queda, unos 500 chiíes se manifestaron para exigir la ejecución del derrocado presidente Sadam Husein y de los suníes radicales.

EL GOBIERNO DE IRAK EXTIENDE EL TOQUE EN BAGDAD

El Gobierno iraquí ha ordenado la ampliación del toque de queda

por segundo día consecutivo en Bagdad y tres provincias vecinas,

según informó la televisión estatal.

El toque de queda estará en vigor desde las 08:00 hasta las 16:00

horas en Bagdad y las provincias de Diyala, Salaheddin y Babil, las

mismas donde hoy ha regido la prohibición, que tiene como objeto

contener la violencia sectaria en el país.

La cadena citó una declaración del primer ministro, Ibrahim al

Jaafari, en la que señala que la decisión se ha tomado debido a

"circunstancias extraordinarias por las que pasa nuestro querido

país".

EE.UU, A LA ESPERA DE ACONTECIMIENTOS

Mientras, el Gobierno del presidente estadounidense, George W.

Bush, ha respondido a esta crisis con llamamientos a la calma y con una actitud de expectación ante lo que pueda ocurrir. Según informaron fuentes de la BBC presentes en el terreno, las tropas estadounidenses han mantenido deliberadamente un bajo perfil, con la esperanza de que la Policía y las fuerzas de seguridad iraquíes puedan restaurar el orden sin requerir ayuda de Washington.

A pesar de las críticas recibidas desde sectores suníes en el sentido de que las fuerzas estadounidenses deberían haberlos protegido, Estados Unidos teme que una presencia más visible de sus tropas sólo serviría para empeorar las cosas. En todo caso y por lo que pueda pasar, Estados Unidos mantiene sus fuerzas adicionales en la vecina Kuwait, que podrían ser usadas para fortalecer los aproximadamente 133.000 soldados con que cuenta en Irak.