A salvo, pero en el limbo, tras el horror de Libia

Refugiados sudaneses en Agadez tras escapar de Libia
UNHCR/JEHAD NGA 
Actualizado: domingo, 24 junio 2018 9:57

En Agadez, el Alto Comisionado Grandi pide a la comunidad internacional que apoye a Níger

AGADEZ (NÍGER), 24 Jun. (Por Don Murray, ACNUR) -

Sus vidas han quedado reducidas a esperar en el calor. Muchos deben
dormir en el suelo. Pero al menos ahora están a salvo. Son refugiados, solicitantes de asilo y personas que preocupan a ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Esperan ahora aquí, en Agadez, Níger. La mayoría son sudaneses y muchos tienen historias terribles que contar.

Para algunos, como Abu Bakr, el viaje comenzó en un campo de refugiados en Darfur, en Sudán. Huyó, en busca de una vida mejor, huyendo al norte hacia Libia. Pero en Libia fue hecho prisionero por traficantes que reclamaron dinero. Él no tenía dinero.

"Me golpearon. Pensé que podrían matarme. Vi matar a hombres", relata. Entonces llegó un libio al campo de los traficantes y pagó su salida. Abu Bakr tuvo que devolverle el dinero trabajando durante medio año en condiciones cercanas a la esclavitud en su granja.

Escapó y consiguió ir hacia el sur hasta Níger y llegar a Agadez hace tres meses. "Este es un lugar seguro para mí. Pero me gustaría trabajar y ayudar a mi madre y hermanos en Darfur", afirma.

         ACNUR

Agadez ha sido desde hace tiempo un cruce en el desierto de personas que van hacia el norte y el sur. En los últimos años, buena parte del movimiento ha sido hacia el norte a Libia organizado por traficantes. Era lucrativo. Pero el Gobierno de Níger actuó y el flujo, junto con el dinero, se ha reducido.

Ahora el flujo es tanto hacia el norte como hacia el sur, con sudaneses que escapan de Libia, y varios miles que están siendo deportados desde Argelia. A finales de mayo, 2.076 personas procedentes de Libia habían llegado buscando protección internacional.

La población local, a la que se prometió una mayor ayuda gubernamental que aún no ha llegado, está intranquila. El centro de acogida está sobrepasado con más de 1.000 hombres, mujeres y niños. Algunos bebés nacieron en Libia, otros en Agadez. Uno había nacido dos días antes. El 12 por ciento de los menores no están acompañados.

SITUACIÓN COMPLEJA

"La situación es extremadamente compleja", subraya el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, que ha visitado esta semana Agadez en el marco de su gira para celebrar el Día Mundial del Refugiado que le ha llevado a Libia, Níger y Malí.

"Pido ayuda al desarrollo para la comunidad local. El fin del tráfico de personas, nos guste o no, ha supuesto la pérdida de los medios de vida para miles de familias. Si la comunidad internacional no apoya a Níger, podrían volverse contra estos extranjeros que están varados aquí", subraya.

Aunque los sudaneses son mayoría entre las nuevas llegadas, también hay malienses, chadianos, cameruneses y congoleños. Muchos han huido de la violencia y la inestabilidad.

Bella tiene 28 años. Llora y se estremece cuando cuenta la pesadilla del horror en el que se vio sumida su familia en Camerún. Hombres armados irrumpieron en su casa, cogieron a su padre, le ataron a un árbol y le dispararon. También fue testigo de cómo cortaban con un hacha el brazo a su hermana.

Huyó y, en la huída, perdió el contacto con su hermana. Una semana más tarde cuatro hombres la cogieron y la violaron. "Estoy traumatizada", cuenta con la cara cubierta de lágrimas.

A SALVO PERO EN UN LIMBO

Ella y otros de quienes se encuentran en los centros de acogida están a salvo pero en el limbo.

Grandi afirma que hay esfuerzos en marcha para aliviar ese limbo. "Es complejo y requiere un examen cuidadoso, lo más probable es que caso por caso, que el Gobierno y ACNUR harán, empezando el mes que viene", explica.

"Entretanto, por razones humanitarias, necesitamos mejorar el alojamiento, la atención sanitaria, el saneamiento. Hay mujeres embarazadas que necesitan atención urgente. También hemos identificado un lugar al que podrían ser trasladados y podemos ofrecer asistencia de una forma organizada, sin crear problemas para la comunidad local", añade Grandi.

Sea cuál sea su futuro, el pasado de Bella sigue siendo una presencia aterradora, particularmente por la noche. "Sueño", afirma. "Veo a mi padre atado al árbol. Veo a los hombres que vienen a por mí", añade.

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