Londres asegura que la inspección del avión ruso no tiene nada que ver con la tensión bilateral

Boeing de Aeroflot
BOEING GRAPHICS - Archivo
Actualizado: sábado, 31 marzo 2018 21:13

EDIMBURGO (ESCOCIA, REINO UNIDO), 31 (Reuters/EP)

El ministro británico de Seguridad, Ben Wallace, ha asegurado este sábado que el registro de ayer al avión ruso de Aeroflot fue una inspección puramente rutinaria y no está relacionada con la actual tensión diplomática entre Londres y Moscú por el envenenamiento del exespía ruso Sergei Srkipal.

"Para la guardia aduanera, la inspección de aviones es un acto de rutina que busca proteger a este país de la amenaza del crimen organizado y de aquellos que intentan traer al país sustancias dañinas como drogas o armas de fuego", ha hecho saber el ministro en un comunicado publicado por su oficina.

El ministro ha añadido que "una vez que se llevaron a cabo estos controles, se permitió que el avión continuara con su viaje", en referencia al vuelo de la compañía rusa.

Esta nota responde a la advertencia emitida esta mañana por el centro ruso para la Coordinación de la Seguridad Aérea, que había anunciado su intención de mandar una solicitud oficial para explicar las causas de la inspección del avión, que debía salir en un vuelo Londres-Moscú, obligando a los tripulantes a bajar de la aeronave.

Sin embargo, la Embajada rusa en Londres ha expresado sus dudas sobre las explicaciones británicas. "Es un intento evidente del viceministro de desviar la atención de las acciones provocativas de los empleados de los organismos de seguridad, que trataron de registrar el avión sin la presencia del jefe de su tripulación, en violación de las normas vigentes", argumenta la Embajada.

Según la embajada, la declaración de Wallace siembra más dudas sobre "los objetivos reales" del grupo que pretendía realizar el registro. "Resulta bastante dudoso buscar drogas y armas de fuego en un avión vacío que estaba listo para recibir a pasajeros", apunta el comunicado.

El Ministerio de Exteriores ruso ha reaccionado calificándolas de "otra provocación por parte de las autoridades británicas", en el marco de la tensión bilateral por envenenamiento del ex agente doble Sergei Skripal y su hija Yulia en la ciudad británica de Salisbury, del que Londres ha acusado a Rusia, quien ha rechazado toda participación.

A la expulsión mutua de diplomáticos se une esta crisis con Aeroflot y el centro ruso de transportes, organización que había manifestado que pedirá al Ministerio de Asuntos Exteriores "medidas recíprocas" si no recibía explicaciones o eran insatisfactorias.

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