MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El principal líder rebelde de Sudán del Sur, Riek Machar, ha tomado este sábado posesión como vicepresidente, en una simbólica ceremonia con la que ha dado arranque el Gobierno de unidad pactado con el presidente, Salva Kiir, para poner fin al conflicto político y étnico iniciado a finales de 2013.
"Quiero aseguraros de que trabajaremos juntos para poner fin al sufrimiento", ha prometido Machar en su discurso, en presencia de Kiir y de otras autoridades nacionales e internacionales que han acudido este sábado al palacio nacional de Yuba.
El antiguo líder rebelde, que ya ejerció como vicepresidente de Kiir antes de la guerra, ha prometido "trabajar estrechamente" con su otrora aliado para poneren práctica el acuerdo de reconciliación suscrito, según informa Radio Miraya, emisora vinculada a la misión de Naciones Unidas (UNMISS).
Junto a Machar, que ejercerá de 'número dos' del Ejecutivo, también han tomado posesión otros tres vicepresidentes --Taban Deng Gai, James Wani Igga y Rebeca Nyandeng--, en virtud de los decretos publicados el viernes. Sigue vacante una quinta vicepresidencia reservada a la Alianza de Oposición de Sudán del Sur (SSOA).
El jefe de la UNMISS, David Shearer, ha aplaudido durante la ceremonia el "coraje" de las dos partes para llegar acuerdos y ha prometido que, en estos esfuerzos para avanzar hacia una nueva fase, la misión internacional "no se va a ir a ninguna parte", en un claro gesto de apoyo al nuevo gobierno.
El pacto para la creación del gobierno de unidad, contemplado por el acuerdo de paz alcanzado en septiembre de 2018, fue cerrado pese a que no se han resuelto todas las cuestiones pendientes, entre las que figura la división administrativa del país.
Kiir accedió a abandonar su postura a favor de los 32 estados actuales por la vuelta a los diez iniciales tras la independencia junto a tres áreas administrativas de Abyei --en disputa con Sudán-, Ruweng y Gran Pibor. Machar había rechazado esta propuesta, reclamando que fueran solo diez estados.
Entre los retos pendientes figura también atender las necesidades de un país en el que más de la mitad de la población vive bajo la amenaza del hambre. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU para Sudán del Sur advirtió esta semana de que las partes enfrentadas han dejado sin comida de forma "deliberada" a la población por razones de índole étnica o política, lo que podría constituir un crimen de guerra o contra la Humanidad.
